Se han dedicado más a gritar que a convencer. Y esto durante casi cuatro años. Con todo, Acebes asegura que desde ahora el Partido Popular pone “rumbo a La Moncloa”. Pero para esto se necesitan votos y seguramente socios.
Votos para llegar a la mayoría absoluta. Y como esto no es probable, también socios. Pero el PP , desde que perdió las elecciones, se ha encerrado demasiado en si mismo. Para repetir que más que perder las elecciones, se las perdieron. Que se les arrebataron. Con este discurso no ganarán las próximas.
Para ganar, necesita convencer e ilusionar. Convencer con su programa y con las personas que lo proponen. Convencer e ilusionar a la ciudadanía. No a sus incondicionales de siempre. Estos ya los tiene. Lo que le falta es conquistar espacio social.
Es decir, más votantes en la cantera del centro sociológico, que están descontentos o decepcionados con la política -inconsistente, errática, devastadora y mentirosa- de Zapatero. Y socios de ideologías próximas o con los que pueda pactar aderezar y poner orden en el panorama político actual. Los nacionalistas moderados –no separatistas- podrían ayudarle, como en otros tiempos.
Pero este discurso renovado y abierto sólo tendrá crédito en boca de personajes nuevos o acreditados. No en la de quienes se han quemado en la hoguera del rencor o en la de quienes –como estatuas de sal- se han obstinado en aferrarse a sus propios dogmas. En política hay principios, pero no dogmas; estrategas, no cabezotas.
¿Quién pondrá en solfa ese necesario nuevo discurso? ¿Quién escogerá – y a quiénes- los evangelistas de esa “buena nueva”? Si Rajoy no se atreve, le espera el Gólgota.
Wifredo Espina.
Periodista y abogado
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