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La diferencia entre vencer o morir en la lucha contra el Ébola

viernes 26 de septiembre de 2014, 13:34h

Qué malos son los comunistas, que para solucionar la epidemia del ébola en África, mandan médicos en lugar de soldados. Mientras las farmacéuticas no hacen más que ver cómo suben sus acciones con cada muerto en África (las epidemias nunca son casualidad), el gobierno cubano decide mandar 165 médicos y enfermeras para combatir los problemas como los combatimos los comunistas, de raíz.

Y es que es interesante valorar cómo, mientras unos estados hablan de mercado, de deuda, de recortes, de indicadores macroeconómicos, de rentabilidad y acciones, otros hablan de solidaridad, de internacionalismo, de emancipación de la clase trabajadora, sin esperar llevarse de vuelta ni un duro. Y lo más interesante, es cómo hasta que el sistema no ha empezado a agrietarse por todos sitios, no hemos sido capaces de enterarnos de tales fenómenos, cuando desde la revolución cubana más de 50.000 médicas y enfermeros brigadistas cubanos han viajado por todo el mundo a multitud de países en vías de desarrollo y zonas catastróficas a hacer lo que los cubanos mejor saben: diagnosticar, reparar y construir.

Que las noticias sobre las alternativas al sistema en el que vivimos no se transmitan por el mass-media es casi lógico cuando vivimos en un sistema que repite sin cesar que no hay alternativa. Es su manera de subsistir. Pero para eso estamos las personas con visión crítica, con conciencia, para poder transmitir a quien nos rodea cuales son las realidades que nos ocultan, porque no hay verdades absolutas ni buenos ni malos, hay alternativas políticas con sus grandes beneficios y sus errores, pero mientras para unos los errores, las crisis, son parte intrínseca del sistema, para otras sólo buscan cada día su solución.

Pan, techo, trabajo, sanidad, educación, feminismo, democracia, solidaridad, libertad y dignidad, esos son los pilares sobre los que, algún día, podremos construir un estado donde no tengamos que preocuparnos de las rabietas del jefe, ni de hombres alienados que golpean a sus parejas, ni de gobiernos que legislan contra sus ciudadanos y en favor de la oligarquía financiera, y que ven cómo fuera de sus fronteras pueblos enteros mueren sin ayuda, mientras ellos miran para otro lado, haciendo del estado de derecho su estado de derecha.

David López Corbelle

Estudiante en la UCLM

http://ideasreordenadas.blogspot.com.es/

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