El lastre es usted señora Oriol

Soy mujer, tengo 31 años, trabajo y estoy embarazada. Todo un lastre, según la señora Mónica Oriol que ha decidido pisotear una vez más los derechos laborales y de paso tratar de cargarse  años de pequeños avances en materia de Igualdad. 

No es la primera vez que esta presidenta del Círculo de Empresarios suelta indignantes exabruptos -ya propuso en su día esclavizar a los jóvenes sin titulación por debajo del salario mínimo-, pero esta vez se me ha revuelto algo más el estómago y no por las nauseas habituales de mi estado, que afortunadamente aún no estoy sufriendo, sino por las palabras de la señora Oriol que ya se está encargando de provocármelas desde fuera. 

Este viernes Oriol ha decidido promover la discriminación sexista de toda mujer en edad fértil para evitar "el problema" de un embarazo. ¿Problema? El problema, señora Oriol, es usted y la mentalidad retrógrada que lastra a este país. Una no-mentalidad que lamentablemente, en ciertas ocasiones, tiene para más inri a una mujer detrás. 

Hace poco mi madre me contó que ella al quedarse embarazada tuvo que ocultarlo en el colegio donde daba clases por miedo al despido y marcharse en cuanto se le empezó a notar. Yo afortunadamente no he tenido que pasar por algo así, pero parece que la señora Oriol pretende hacernos regresar a la época del miedo y la deshumanización, obviando de paso la enorme preparación de las nuevas generaciones de mujeres que se perdería su anhelado modelo de productividad empresarial.

Un informe sobre la mujer directiva de este año puso de manifiesto que España se encuentra entre los países de la OCDE con una peor posición de la mujer en el mercado laboral con un escaso 5% de los consejeros delegados de las empresas, pese a representar el 60% de los universitarios. Un ranking que lideran países nórdicos como Noruega, Dinamarca y Suecia que también copan los primeros puestos en políticas de Igualdad y conciliación. ¿Cree la señora Oriol que estos países son el anti-paradigma del buen quehacer empresarial?

En definitiva, flaco favor hace la patronal a la sociedad y a sí misma, si mantiene a este tipo de representantes al frente de sus organismos.



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