Comer bien en Madrid es fácil si sabes cómo

Hay un momento en la vida de una amante de la comida que ya no se puede estar con tonterías. Y cuando ese momento llega lo que hay que hacer es comer bien y con contundencia. Desde luego que Madrid es plaza para disfrutar paladar pero las afueras no se quedan a la zaga. Hoy quiero recomendarles, diría que hasta suplicarles, que no se perdieran el restaurante La Fábrica de los Bravos en Valdemorillo, el típico sitio que, cuando lo conoces, te haces la siguiente pregunta: ¿Y esto por qué no lo he conocido yo antes?
Servidora es de comer en terraza hasta que empiece a nevar. Y a veces hasta con esas si hay calefacciones cercanas y aquí las hay. Así que mi primera sugerencia es que pida mesa en su espléndida terraza. De aperitivo, pídase usted el Jamón Ibérico de bellota, más que nada porque un día es un día y cuando se va a comer bien no hay que andarse con tonterías. Y aquí el jamón es de primera. ¿Qué hace un poco de rasca? Pues tirando con un Cocido. Se lo voy a recitar en plan Jesulín de Ubrique. En dos palabras: Im-presionante. ¿Y los huevos rotos del corral? ¿Qué me dicen? Pues eso también es para chuparse los dedos.
Supongo que no hace falta que les diga que el Chuletón de vaca de la Sierra de Guadarrama cobra aquí su sentido y esplendor. Así, sin medias tintas. No lo deje, por Dios. Sería un pecado de los que necesitan dura penitencia para ser perdonados. 
Luego los postres. O los Gin Tonics, o que tenga usted a bien beber. ¿Que son muchos en familia? Hay sitio de sobra. ¿Que resulta que tienen niños para que jueguen? Pues tienen más campo que Heidi. Lo dicho, el lugar perfecto para una comida idílica. No es como comer en la sierra pero se le parece bastante. 
Ya les iré contando de otros restaurantes que vaya probando. A este le doy un 8,5. 
Lo mejor: El solomilloLo peor: Que si vives en Madrid está lejos. Aconsejable aprovechar ya para pasar el fin de semana por ahí.