Cuándo la fiebre no nos deja ver la enfermedad, a propósito del Ébola

Hay momentos en la vida, y este es uno de ellos, donde las personas y la sociedad en su conjunto debemos estar a la altura de las circunstancias que nos ha tocado vivir y donde lo más fácil es abandonarse y caer en la histeria y psicosis colectiva. Y este, es uno de ellos. La llamada "crisis del Ébola" ha alterado nuestra sociedad y nuestras vidas de tal manera que el comportamiento y la imagen que estamos proyectando como país en el exterior, y hacia nosotros mismos, está poniendo de relieve que aún no somos un país maduro en nuestro comportamiento social y que prescindimos, en gran medida y para mal de todos, del conocimiento científico y del asesoramiento experto de nuestros profesionales sanitarios a la hora de gestionar situaciones que no pueden ser tratadas casi exclusivamente como de orden político.

Los acontecimientos vividos en estas últimas semanas han puesto de relieve la falta de verdaderos líderes políticos en España, el excesivo circo mediático que somos capaces de poner en escena, la estampida y frivolidad social con la que tratamos temas de tanta importancia y, lo que aún es más preocupante, que no acabamos de despojarnos de nuestros miedos y atavismos ancestrales, como correspondería a una sociedad madura y desarrollada.

No son momentos de histeria ni de buscar muñecos de trapo para arrear a diestro y siniestro sino circunstancias que nos tienen que unir y sacar lo mejor de cada uno de nosotros, porque somos un gran país, con una gente sencilla pero muy grande, un país orgulloso de su historia, un país moderno y con gran proyección de futuro, pero tenemos que creer en nosotros mismos y empezar a exigirnos todo aquello que criticamos que no hacen los demás.

Son momentos de transparencia, de información veraz y de corresponsabilidad entre todos y no hay otra forma de superar ciertas crisis, como esta en la que estamos inmersos, si no guardamos la calma, empujamos todos en la misma dirección y nos dejamos asesorar por aquellos profesionales que se han trasmitido los conocimientos de generación en generación y con la única finalidad de salvaguardar la vida humana.

Dr. Juan José García Cruz

Médico Especialista en Anestesista y Reanimación

Secretario General del Colegio Oficial de Médicos de Toledo