La auxiliar de enfermería contagiada por ébola, Teresa Romero, ha experimentado una leve mejoría clínica y se encuentra estable dentro de la gravedad. Así lo ha informado en rueda de prensa el director del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, Antonio Andreu, que ha añadido que "hay que ser muy prudentes" porque la situación de gravedad de la paciente "se mantiene", aunque "día pasado, día ganado".
Romero, de 44 años, se encuentra aislada en el hospital Carlos III de Madrid, donde permanece desde que el 6 de octubre se confirmó que había dado positivo por ébola tras tratar a dos religiosos españoles contagiados de ébola que habían sido repatriados de África y que fallecieron poco después."Es relevante decir que los facultativos que están a cargo de la atención sanitaria de
Teresa aprecian una ligera mejoría dentro de su estado clínico", dijo
Antonio Andreu, director general de Salud del hospital.
"Tenemos que decir que día pasado es día ganado", agregó el facultativo en una rueda de prensa ofrecida en el Palacio de la Moncloa.
Andreu dijo que los 15 ingresados por contacto de alto riesgo con la única infectada, en su mayoría personal médico y sanitario que la atendió desde que comenzó a presentar síntomas el 30 de septiembre, seguían sin fiebre ni síntomas de la enfermedad.
El Gobierno asumió el viernes de forma directa la gestión del asunto tras una serie de críticas de expertos y medios hacia el Ministerio de Sanidad y la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid por los protocolos aplicados y su reacción tras el primer contagio conocido de ébola fuera de África, donde el virus ha causado más de 4.000 muertes.
El comité, que está formado por científicos y representantes de varios ministerios, considera que España, al igual que otros países desarrollados, debe estar preparada para hacer frente a otros posibles nuevos casos de ébola.
"Esto se debe a que el brote de ébola en África tiene un nivel de gravedad importante y por lo tanto, hasta que no se empiece el proceso de disminución del brote tenemos que contemplar la posibilidad de que aparezcan casos importados", dijo Andreu.
El comité considera que los cooperantes occidentales que están tratando el brote en África son "la mayor esperanza para contener este brote" y defendió que se siga repatriando a aquellos que puedan infectarse con el virus, porque en caso contrario eso podría desembocar en una disminución de efectivos en la contención del virus en sus focos de origen.
"Es extraordinariamente importante que a estos profesionales, los estados del los cuales proceden les garanticen que si tienen la desgracia de contraer una infección por virus ébola, esos estados los tratarán y los repatriarán a su lugar de origen", dijo Andreu.
"La enfermedad por virus ébola no es un problema de España, tampoco es un problema de EEUU, ni tampoco es un problema de África. Es un problema global. Tenemos todos la responsabilidad de actuar para asegurar el control del brote lo más rápidamente posible", dijo.
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