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Hija de torero y empresario taurino

Marilén Barceló: "Soy española, catalana, amo la fiesta de los toros, creo en Dios y milito en 'Ciutadans"

Cree que "si el Gobierno quisiera, hoy habría toros en Cataluña"

viernes 17 de octubre de 2014, 09:19h
Doctora en Psicología por la defensa de un tema  muy torero, "Vidas en los Ruedos",e  hija de   torero (Luis Barceló), catalana   comprometida,  Marilén Barceló  defiende la fiesta  de los toros  tanto con el corazón  como con la  cabeza.  Milita  hoy  en "Ciutadans", el partido de Albert Rivera, y ha llegado  a argumentar  a favor de la fiesta  nacional  en el Parlament de Cataluña.  
Amante de la libertad, por encima de todo, no está dispuesta a renunciar  a sus  creencias, a sus convicciones  ni a sus pasiones  -"las  emociones no se programan", nos dice- , entre las que  la fiesta de los toros  ocupa  un lugar de privilegio  en su ranking personal. 

P,-: Mujer, catalana y defensora de la Fiesta de los toros. Perdona que te diga, pero lo tienes difícil...

R.-: Es cierto. Vivir hoy en Cataluña y defender la fiesta de los toros  es  complicado... complicado y extraño a la vez. El día que el Parlament de Cataluña  votó la prohibición de los toros, los ciudadanos catalanes empezamos a perder una  porción de libertad que, con el tiempo, ha ido creciendo mucho más. Los taurinos fuimos los primeros pero, poco a poco , se han ido acumulando muchos ámbitos  más. Y es que, más allá de esa lucha promovida por la  gente que se considera  animalista y que, por tanto, está en contra de la fiesta de los toros, los nacionalistas catalanes vieron la oportunidad de  vincular los conceptos toros  y España, y aprovecharon para comenzar por aquí a huir de todo lo que signifique  simbolismo español. Ese grupo de nacionalistas se lanzó en contra de la fiesta de los toros, más que en defensa de los animales porque, de hecho, en el Delta del Ebro se ha continuado con los «correbous»...  La contradicción es evidente porque esta tradición, desde el punto de vista del maltrato  animal, es mucho peor que la fiesta de los toros. Por otra parte, que un presidente de una comunidad autónoma de España, como es Cataluña,  cree  conflicto y malestar en la ciudadanía  por su voluntad separatista, de convocar referéndums ilegales, o que el líder de Esquerra Republicana de Cataluña llame a la desobediencia civil, te da mucho que pensar y ahora mismo vivir en Cataluña te obliga a implicarte, a no quedarte como un mero espectador de la situación política que se está viviendo aquí.

P.-: ¿Incluso, o especialmente por defender una actividad cultural tan arraigada, no solo entre los españoles, sino también entre sus vecinos franceses o en los países latinoamericanos y defendida o glosada por tantos y tantos escritores y artistas de todo el mundo...?   

R.-: No me cansaré nunca de proclamar que soy española, que amo la fiesta de los toros, que soy catalana, que creo en Dios y que milito en "Ciutadans". Si un día no puedo decir todo esto, tendré  que irme, no ya de Cataluña, sino de España  porque ese día se habrá perdido la libertad. No puedo, no puedo renunciar a la libertad con la que siempre he vivido.

P.-: Sin apenas corridas televisadas por la 1 de TVE, con el rechazo de la sociedad catalana dominante, con el avance de las posiciones ecologistas en el entramado social, ¿cuál es hoy el estado de salud de la fiesta   de los toros?

R.-: Está un poco abandonada en estos momentos. No me gustaría decirlo, pero es así. El gobierno de España nos abandonó a los catalanes en este terreno por mucho que presentara el recurso ante el Tribunal Constitucional. Si realmente quisiera, hoy habría toros en Cataluña. Aquí, quien se siente español y catalán está marginado tanto por los nacionalistas como por el gobierno central... Esto es lo que explica que otras fuerzas políticas, como "Ciutadans" hayan avanzado tanto y en tan poco tiempo. Todo esto creo que se habría podido parar si  tanto Mas como Rajoy hubieran actuado como políticos que piensan más en dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos que en sus propios intereses.

P.-: Doctora en Psicología y, además, con una tesis muy original, "Vidas en los Ruedos" (por cierto, calificada sobresaliente cum laude), que  intentaba arrojar luz sobre  la  identidad psicológica del torero. ¿Cómo es un torero? ¿Es como el resto de los mortales o le diferencia algo de ellos?

R.-: Antes había hecho una tesina, que titulé "Vivir de milagro", una aproximación psicobiográfica a la figura de Juan Belmonte, una figura indiscutible del toreo y una personalidad muy atractiva desde el punto de vista psicológico. Belmonte se suicidó. Partí de una biografía magnífica sobre el torero que escribió Chaves Nogales, "Juan Belmonte, matador de toros",   que, aunque en parte es novelada, da muchos datos objetivos sobre la vida del torero y en ella analiza tanto la situación social  del  momento, como su vida en ese contexto. Su figura marca un antes y un después en la tauromaquia... Luego en la tesis, que efectivamente titulé "Vidas en los ruedos", fuimos trabajando, sobre todo, como entendían los matadores de toros (tanto en activo como retirados), la vida, la muerte, la felicidad, la incertidumbre, etc. En síntesis, los resultados  que arrojó el estudio que emprendí con la tesis es que su autorrealización personal  pasa por su profesión, entendida como vocación, que es su proyecto de vida y su eje  existencial.Y, respondiendo a la segunda parte de tu pregunta, tengo que afirmar tajantemente que   son  personas normales  pero que están  marcados  por su vocación. Lo que pasa es que no todo el mundo que trabaja lo hace en cuerpo y alma a  su profesión, como hacen los toreros, y más aún cuando  -como suele suceder-  empiezan desde muy jovencitos. La suya es una profesión de entrega, marcada además por dos factores, el peligro y el riesgo, en donde la incertidumbre está tan presente, que no es raro que  la gente  los perciba como seres extraños. Ellos, en general, tienen una recuperación mucho más rápida ante la adversidad,  pero también están  más entrenados.  Yo creo, en definitiva, que están en contacto permanente con su esencia  y se autorealizan, lo que les hace ser más  seguros, y más fuertes de cara al resto de la gente. Si tú haces lo que te gusta y, además, tienes un reconocimiento, lo quieras o no, transmites una cierta seguridad, que en otras profesiones no se transmite.

P.-: ¿Sabrías decirme por qué  en España no crece más la afición al toro? 

R.-: El mundo del toreo necesita una renovación importante. Tiene que abrirse, tiene que modernizarse. Lo que pasa es que se trata de una estructura muy cerrada   y resistente al cambio. El mundo del toro vive para dentro, para sí mismo, y debería mirar más hacia afuera, porque tú no nos tienes que convencer a nosotros  de que el mundo del toro está lleno de valores, que es un mito, que de él se pueden aprender muchas cosas, que el toro bravo nos enseña  muchas más, etc. No hace falta que eso se explique hacia adentro, porque ya se sabe. Hay que   explicarlo fuera, promocionar la fiesta al resto de la población. El mundo del toro, en estos momentos, vive de las rentas y, o se abre hacia afuera o acabará por perderse. Por eso, la mujer tiene que tener un protagonismo mayor en el mundo del toro... 

P.-: Ahí quería llegar. Que las mujeres estén en  los consejos de Administración, las cátedras de  universidades e institutos,  conduciendo camiones, o pilotando una nave... Y, sin embargo, ver a una mujer con  traje de luces es casi una anécdota...

R.-: Dicen que el toro no pide el carnet de identidad al que está enfrente de él. Le da igual que seas hombre o seas mujer. No sé, quizás porque las facultades físicas de un hombre y una mujer son distintas. Pero, hoy  en día, nadie creo que pueda poner en duda que  tanto un hombre como una mujer puede dedicarse a la profesión que quieran. Probablemente, no hay más mujeres toreras porque  este es un mundo con mucha mayor tradición masculina y abrir  más brecha  puede  llegar a costar más esfuerzo. Pasó lo mismo con la universidad. En principio, y durante siglos, apenas había mujeres en las facultades, y ahora somos mayoría. Es una evolución  que, en el mundo taurino ha ido un poco más despacio, pero que tendrá que llegar también. Pero, insisto, en general, las  facultades físicas de un hombre  le dan más posibilidades de ejercer esta profesión aunque puntualmente haya  mujeres que estén físicamente más preparadas que los hombres...

P.-: Los toros, no, pero quizás sean los empresarios los que pidan el carnet... 

R.-: No creo que, si una chica quiere acudir a una escuela de tauromaquia le pongan más inconvenientes que a un chico. De hecho, las hay. Puede haber, es verdad, cierta resistencia machista entre algunos empresarios a la hora de contratar mujeres, pero esa resistencia existe en todos los ámbitos. 

P.-: Escribes, al menos y que yo sepa, cuento y novela. ¿Puede llegar a  ser esta una nueva orientación profesional para ti?

R.-: He escrito, incluso, también alguna poesía sobre Manolete para un libro de   Fernando del Arco, pero no, el de la escritura no es mi campo. La escritura surgió después de publicar la tesis porque me gusta mucho el cuento. Me ayudó mi padre.  Y  luego la novela, que fue para cumplir una promesa que le hice a mi tía. Pero no me considero escritora para nada. Lo mío es, profesionalmente, la Psicología, y como ciudadana, mi implicación en  "Ciutadans". Trabajo como psicóloga, y todo mi tiempo libre lo dedico al partido porque creo en ese proyecto, me parece que es la única alternativa. Es un partido limpio, con una ilusión y un trabajo tan intenso   que ojalá fuéramos capaces de transmitir a los ciudadanos, porque si vieran la generosidad y el altruismo que hay detrás de este partido, llegaríamos a tener mayoría absoluta en las próximas elecciones. Estamos luchando por algo distinto, con muchos menos medios que los partidos grandes, pero somos necesarios. Además, me digo que hoy eres joven, vives en Cataluña te tienes que implicar. Yo no podría estar viendo los toros de la política desde la barrera. En el mundo taurino me basta con hacerlo desde la barrera, pero en la política bajo a la arena.

P.-: ¿Crees, entonces, que la vuelta de los toros a Cataluña  está  necesariamente relacionado con la derrota del nacionalismo?

R.-: Creo que falta considerar otra variable de la que aún no hemos hablado, la del empresario. No sé si realmente los empresarios de plazas taurinas quieren de verdad que los toros vuelvan a Cataluña. Echo de menos un mayor ardor por su parte al reivindicar la fiesta de los toros. Además de los políticos, del Tribunal Constitucional, etc., aquí  hay un actor  más, el  empresario, que me parece que no jugó bien su papel en los momentos críticos que ha pasado la fiesta en Cataluña. Si yo llevase, como empresaria, la Monumental de Barcelona, desde luego, lo habría hecho de otra manera. Me habría quejado mucho más, me habría dejado ver más  en los medios de comunicación. Habría luchado más por la fiesta de los toros... La familia Balañá le debe mucho a la fiesta; y  viceversa, porque los toros le deben también mucho a  Balañá por la excelente gestión que, durante muchos años, hizo de  la gestión de las plazas que tenía a su cargo. Pero no habría estado demás, aunque solo fuera por herencia familiar, haber puesto algo más de lucha y entusiasmo por algo que su familia lleva en los genes.

P.-: Danos alguna pista más para conocer a la Marilén aficionada. Además de Belmonte, si tuvieras que retratarte, ¿escogerías a Manolete o a Chicuelo; a José Tomás, El Juli o Roberto Talavante?

R.-: ¡No me hagas escoger un torero! En todo caso, el torero está en casa, Luis Barceló, mi padre. Pero, en fin, hay que mojarse. Belmonte es muy importante para mí porque marcó mi tesina doctoral, que luego dio lugar a mi tesis. Y del toreo actual, como siempre, lo primero la materia prima, el toro. Y entre los matadores en activo, me dejo llevar por lo que veo en la plaza en cada momento. Juli, creo que es un gran torero, pero podría nombrar a muchos otros. Lo que sí es verdad es que Juli ha ayudado mucho a la fiesta en Barcelona. 

P.-: ¿Te pondrás algún día delante de un toro?  

R.-: No, no, nunca. Entre otras cosas porque  tampoco lo siento. Si hubiese sentido esa necesidad, me habría puesto. Pero no me pondré nunca porque ni tengo el valor, ni la vocación  suficientes para poder hacerlo. Me basta con montar a caballo y quedarme en el burladero para seguir haciendo mis análisis psicológicos. Con eso me basta. 

P.-: Juan Belmonte dijo una vez que "Uno no torea ni se enamora a voluntad". ¿Das fe de ello?


R.-: Esa frase  me hizo cambiar de tesis doctoral. Y no solo por el matiz romántico  de la misma, sino porque, desde el punto de vista psicológico, es muy importante saber que las emociones no se programan. Ese fue el punto de partida de una reflexión profunda  que, ya te digo, me hizo cambiar el tema de mi tesis doctoral. Aunque he crecido en una  casa que  está llena de fotos de toros y toreros -es lógico  quesea así con  un padre torero-, y he  asistido a tertulias en casa, o acudido a la plaza desde muy pequeña, en mi adolescencia  prácticamente  me  separé totalmente de ese mundillo y discurrí por otros derroteros. Pero un buen día volví a la plaza, leí también el libro "Toros y cultura", de Andrés Amorós,  y eso volvió a despertar de nuevo el gen taurino que llevo dentro. Luego vino la tesis doctoral, y todo el revuelo que armó y, finalmente, casi sin quererlo, me he implicado activamente en la fiesta de los toros. Han sido toda una serie de circunstancias encadenadas que no he buscado, pero que han venido  a mí.    
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