Nueva fase del conflicto catalán: duelo entre Mas y Junqueras

El presidente de la Generalitat cree que sólo tiene una manera de salvar la cara: convocar unas elecciones a las que dará el carácter de plebiscitarias y acudir a ellas en una candidatura conjunta con el resto de las fuerzas independentistas. Mas sabe que es su única posibilidad de ganar esos comicios, porque las siglas CDC están muy degradadas y, de acudir en solitario, se pegaría un buen batacazo. De momento, el president va por buen camino, pues parece que conseguirá al apoyo de la Asamblea Nacianal Catalana para esta aventura.

La Asamblea, liderada por Carme Forcadell, ha logrado movilizar a buena parte de la ciudadanía catalana a favor de la independencia en los últimos años. Forcadell está pensando ahora muy seriamente entrar en política. Lo decidirá estos días y lo hará público el domingo durante una manifestación a la que ha vuelto a convocar a los catalanes. Si anuncia que respalda a Mas, éste habrá ganado un "round", pues Junqueras lo tendrá difícil para desmarcarse de ese gran proyecto conjunto.

Pero Mas no lo tiene fácil ni siquiera con ese apoyo. Al otro lado del cuadrilátero se sitúa Junqueras, que no es un rival desdeñable. El republicano no quiere ni oír hablar de esa lista conjunta, porque es consciente de que su partido sale como ganador en todas las encuestas y no es cuestión de desperdiciar todo ese capital político. Además, Junqueras está molesto con Mas. No ve con buenos ojos el sucedáneo de consulta, porque él era partidario de desobedecer al Tribunal Constitucional y llegar hasta el final celebrando el referendo contra viento y marea.

Por lo pronto, Junqueras ya ha avisado a Mas de que no apoyará los presupuestos de la Generalitat para el año que viene. Es una manera de obligar al president a que convoque elecciones de forma inmediata. Y es que el líder de ERC quiere ganar esos comicios y declarar la independencia sin más demora. Así lo ha explicado esta mañana en una entrevista en Catalunya Ràdio. Junqueras ama tanto a Cataluña y desea tanto la independencia "por el bien de los catalanes", que en esa intervención radiofónica ha estado a punto de llorar. Ha ganado así el primer "round" y ha tomado la delantera.

Pero en este combate también hay otros participantes que tienen mucho que decir. Josep Antoni Duran, líder de Unió y socio de Mas en CiU, es partidario de tomarse las cosas con calma, de pactar por el PSC, que parece dispuesto a apoyar los presupuestos, y de agotar la legislatura a ver si en estos dos añitos que quedan mejoran las cosas económicamente y CiU puede vender al electorado algo más concreto que el mero sueño de la independencia. Duran ya se ha reunido con el líder del PSC, Miquel Iceta, quien se ofrece para el pacto abiertamente.

Por ahora, Mas desoye a Duran, pero las cosas podrían dar un vuelco. Mas quiere esa lista conjunta, sino la consigue, culpará a Junqueras de la desunión. Entonces se sentirá legitimado para cerrar esa acuerdo con el PSC -que hoy por hoy el votante independentista no vería con buenos ojos- y seguir la estrategia de Duran. Una estrategia que podría verse premiada si, como apuntan algunos rumores, el Constitucional da la campanada y abre el camino para una reforma de la Constitución que podría contentar al soberanismo moderado.

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