Tras el verano y tras la cuesta
de septiembre, llega el momento en el que solemos pensar en el futuro y en las
aportaciones a los
Planes de
pensiones con los ya consabidos consejos de concienciarse sobre la
importancia del ahorro para la jubilación. Pero no los tenemos muy en cuenta
según las cifras. Más de la mitad de las aportaciones se realizan en el último
trimestre de año, normalmente el periodo en el que más alta está la bolsa, lo
que provoca a largo plazo la pérdida de rentabilidad de nuestro dinero. Desde
hace tiempo nos repiten que si se mantienen las actuales condiciones
demográficas los ingresos de los futuros pensionistas serán menores que los de
los actuales. Por eso cada vez más ganan importancia los planes de pensiones.
En España estamos somos poco ahorradores de cara al futuro, y si en la Unión Europea el porcentaje de
los fondos de pensiones sobre el PIB es del 35% aquí nos quedamos en el 8%.
Además de las comisiones que nos
cobran los gestores, el perfil de riesgo de cada plan y de la fiscalidad, este
año debemos tener en cuenta que a partir de enero de 2015 entra en vigor la
nueva legislación para los planes de pensiones, se reducirá la aportación máxima
desde los 10.000 € a 8.000 €. Y además se ha modificado la posibilidad de
rescatar el dinero de nuestros fondos y podremos hacerlo a partir de 2025 si la
aportación se realizó al menos 10 años antes sin necesidad de justificarlo por
los supuestos que estaban contemplados hasta la fecha.
La ventaja fiscal
que tienen los planes frente a otros productos de ahorro es el recorte de
la base imponible -salario menos cotizaciones- a la hora de realizar la
declaración de Hacienda, lo que permite que podamos recuperar parte del dinero
que hemos pagado al reducir nuestro tipo impositivo. Por este motivo, aportando
las mismas cantidades, la rentabilidad fiscal que obtiene dos individuos puede
diferir mucho, si pagamos más a hacienda recuperaremos más dinero.
Lo recomendable es hacer
aportaciones periódicas a nuestro plan de pensiones a lo largo del año y sobre
todo seguir la evolución de aquellos en los que invirtamos nuestro dinero y
aprovechar los momentos en los que cotizan bajos para realizar los ingresos y
no esperar al último momento.