El nudo

Por fin el Presidente Rajoy ha comparecido para dejar claras unas cuantas cosas, la principal que no va a negociar con Artur Mas nada que pudiera conllevar la independencia de Cataluña amen de dejar claro que nadie cuente no solo en el presente, tampoco en el futuro, para caminar en esa dirección. Hasta aquí es impecable lo dicho por Mariano Rajoy, porque es evidente que el presidente del gobierno de España no está facultado para arrebatar la soberanía nacional a los ciudadanos que es lo que supondría que se pusiera a negociar la independencia de una parte del territorio. Pero estando claro esto la cuestión al día de hoy es que tiene que intentar desbloquear la situación con la Generalitat.

Es evidente que quien ha creado el problema es Artur Mas, que nadie puede negar que el presidente de la Generalitat viene actuando con absoluto desprecio a la legalidad además de con una irresponsabilidad esperpéntica. Pero dicho esto, y a así, el presidente Rajoy tiene a su vez la responsabilidad de cortar el nudo gordiano de la situación creada por Mas.

El presidente tiene que tomar la iniciativa, dar un paso adelante, convocar a Mas, a Pedro Sánchez, y al resto de los líderes políticos para buscar vías de solución. Lo que no debería es quedarse estático, entre otras cosas porque, Junqueras y demás lideres independentistas no se van a quedar quietos y están buscando la confrontación además de manejar a Artur Mas a su antojo.

En mi opinión hasta ahora Mariano Rajoy ha actuado en este asunto con sensatez y prudencia, pero ahora, insisto, tiene que mover ficha antes de que la muevan otros.

Vaya por delante que hasta ahora ningún partido parece tener la fórmula para arreglar el problema, por mas que el PSOE insista en que la solución es la reforma de la Constitución, pero le falta precisar en que consistiría la reforma, y sobre todo conseguir que CiU se avenga a ella. Porque ese es el quid de la cuestión.

Lo que es evidente es que ha llegado la hora del diálogo de todos con todos y es el Presidente quien tiene que abrir ese diálogo y una vez escuchadas todas las propuestas e ideas intentar llegar a un acuerdo que satisfaga a todas las partes.

El problema es si CiU va a volver a la senda de la legalidad y del sentido común o se va a tirar al monte en compañía de Esquerra Republicana de Cataluña. Es decir si se negocia entre todos una modificación de la Constitución que defina de nuevo la organización territorial del Estado, es suficiente para ellos o no lo es.

En cualquier caso el presidente tiene que mover ficha, y cuanto antes mejor, aunque solo sea para cargarse a más de razón en este asunto.