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Mas, dispuesto a convocar elecciones y declarar la independencia si Junqueras lo acompaña

Mas, dispuesto a convocar elecciones y declarar la independencia si Junqueras lo acompaña

martes 25 de noviembre de 2014, 21:35h
Artur Mas ya ha diseñado su famoso plan sobre el futuro de Cataluña. Consiste en convocar elecciones a las que se presenten en una misma candidatura los partidos independentistas. Si esa lista gana los comicios, el presidente declarará la independencia y Cataluña será "libre" en 2016. Éste es en líneas generales el proyecto de Mas, que tiene varias pegas, la principal, la necesaria complicidad del líder de ERC, Oriol Junqueras, quien, de momento, no está por la labor.
Artur Mas ha acorralado a Junqueras durante su esperado discurso, que ha pronunciado ante más de 3.000 personas en el Fórum de Barcelona. El republicano ha oído desde la primera fila con cara de pócker cómo el presidente de la Generalitat le exigía "generosidad" mientras iba desgranando los detalles de su plan.


El plan consiste en convocar una elecciones autonómicas. Presentar esa lista conjunta que incluya a todos los partidos independentistas. La candidatura estaría compuesta por políticos, pero también por personas de la sociedad civil y expertos que ayuden a sentar las bases estructurales del nuevo estado catalán. Esas personas se comprometerán a no repetir en otras elecciones para no desplazar a los políticos profesionales.


Esa lista única podría estar encabezada por el propio Mas, que se ha ofrecido para ello. No obstante, en un gesto que ha denominado de "generosidad", el president se ha mostrado también dispuesto a cerrarla si así se lo piden. "No pongo condiciones personales", ha dicho y ha prometido que será la última vez que se presente a unas elecciones catalanas. Si su proyecto triunfa, Mas se retirará y dejará paso a caras nuevas.


Si gana los comicios esa candidatura conjunta secesionista, lo primero que hará el president es "comunicar al Estado español y a la comunidad internacional el mandato recibido de las urnas". Luego abrirá un diálogo con España para concretar los detalles de la separación y, en paralelo, los expertos irán creando las estructuras de estado necesarias para "garantizar una transición tranquila".


Además, se iniciará un proceso de participación de cara a la redacción de la futura constitución catalana. Los interesados podrán hacer sus aportaciones. Todo este proceso durará, según los cálculos de Mas, unos 18 meses. Después, los catalanes volverán a ser llamados a las urnas con un doble propósito: ratificar en referéndum las decisiones tomadas por el Govern de transición y elegir un nuevo Parlamento, esta vez constituyente, que "proclame el nuevo estado catalán y se asegure de su nacimiento en el contexto internacional".


A esas nuevas elecciones constituyentes, los partidos sí que podrán ya presentarse por separado. Y es que Mas ha pensado en todo. Ha explicado, por ejemplo, que la campaña para las primeras hipotéticas elecciones (cuya fecha no ha desvelado a la espera del sí quiero de Junqueras) "se financiará al margen de los partidos", pero ha asegurado que las subvenciones que se reciban por lograr escaños se repartirán entre las distintas formaciones que compongan esa lista única.


Pese a tanto detalle, el proyecto de Artur Mas tiene unas cuantas pegas. Lo primero que debe conseguir el president es que Junqueras le dé el visto bueno. En eso, Mas no va por mal camino. Si el líder de ERC se niega a cooperar, se le acusará por tierra, mar y aire de haber impedido la ansiada independencia de Cataluña que algunos ya ven a la vuelta de la esquina.

El líder de ERC, Oriol Junqueras, ha eludido valorar la hoja de ruta que ha presentado Artur Mas y ha remitido a la conferencia que dará la próxima semana para hacer una diagnosis sobre el momento político actual.  "Hoy hemos venido a escuchar", ha dicho Junqueras, en declaraciones a los periodistas desde el auditorio del Fòrum de Barcelona, tras finalizar la intervención del presidente catalán.

"El protagonista ha sido quien ha hablado", y la próxima semana será su turno en una conferencia que hará en el Palau de Congressos de Catalunya, bajo el título 'Llamamiento a un nuevo país: la república catalana'.


Pero si supera ese escollo, el presidente tendrá que lidiar con otro frente: el de Josep Antoni Duran Lleida, que no ha asistido a la conferencia porque estaba en Madrid, quien ya ha manifestado en más de una ocasión que su partido, Unió, no es independentista y no desea coaligarse con ERC. O sea, si se logra el pacto con los republicanos, lo más probable es que la federación ente CDC y Unió se disuelva.


Hay una tercera pega que no es menor. Durante toda la conferencia, Mas ha insistido en que para que su plan llegue a buen fin, la lista única independentista debe lograr una mayoría absoluta y así poder exhibir ante la comunidad internacional un resultado "claro y nítido" que no deje lugar a dudas.


Eso no es tan fácil, porque debido a la ley electoral los votos de las comarcas no valen lo mismo que los de Barcelona. La norma beneficia a los votantes del interior, entre los que el independentismo está más extendido. Por poner un ejemplo claro, en las elecciones autonómicas de 2003 el PSC consiguió 1.020.396 votos, que se tradujeron en 42 escaños. CiU quedó por debajo, con 1.018.164 votos, pero tuvo más escaños, 46.


Sea como sea, el desafío ya está encima de la mesa. Mariano Rajoy tendrá que decidir ahora si mueve ficha. Y los partidos soberasnistas se verán en la tesitura de ver si aceptan o no la propuesta de Mas. Agárrense porque se inicia una nueva fase de curvas en la política catalana.


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