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Junqueras no acepta las lista única de Mas, pero sí actos de campaña conjuntos

Junqueras no acepta las lista única de Mas, pero sí actos de campaña conjuntos

martes 02 de diciembre de 2014, 21:48h
Sigue la partida entre Artur Mas y Oriol Junqueras para ver quién es más listo, más independentista y, sobre todo, quién será el próximo presidente de la Generalitat. Junqueras ha contestado esta tarde a la oferta que le hizo Mas el martes pasado. Era una oferta difícil de rechazar. Junqueras ha conseguido elaborar un plan salomónico y ahora será Mas quien se verá en la tesitura de decidir si lo acepta o no. El líder de ERC rechaza ir en la misma candidatura que el president, pero acepta celebrar actos de campaña conjuntos.
Las propuestas de uno y otro pasan por dos fases: cómo concurrir a unas hipotéticas elecciones de tipo plebiscitario y qué hacer tras los comicios. La idea de Mas pasa por crear una lista única que incluya a todos los partidos independentistas, a personajes de la sociedad civil y a expertos. A nadie se le escapa que Mas encabezaría esa candidatura, aunque se haga de rogar, y se mantendría al frente de la presidencia de la Generalitat.


Eso desdibujaría a ERC, un partido en alza al que, al menos hasta antes del 9-N, las encuestas daban como vencedor de las elecciones. Lo que contraoferta Junqueras consiste en que cada partido vaya por su cuenta, pero con un lema común para que nadie dude de sus intenciones secesionistas. También se aviene a que se realicen actos de campaña conjuntos y a que personajes de la sociedad civil se incorporen a sus listas. Ambos líderes están de acuerdo en crear un Govern conjunto tras los comicios.


Para después de las elecciones, Mas propone que si gana la lista unitaria se inicien conversaciones con el Estado español para declarar la independencia. En paralelo, apuesta por redactar una constitución catalana. Luego plantea celebrar nuevas elecciones en un plazo máximo de 18 meses para ratificar esa constitución y, por último, celebrar un referéndum para confirmar la independencia.


Junqueras quiere ir mucho más rápido. Plantea declarar la independencia de forma inmediata tras las elecciones si los partidos independentistas suman mayoría. Rechaza negociar con "un Estado que no nos quiere". Prevé que desde el primer momento se vayan redactando leyes para dejar atrás el marco legal español y que, al unisono se escriba la constitución de Cataluña. Luego proyecta hacer un referendo, pero sólo sobre esa constitución, "porque la independencia ya se habrá votado y en ningún país se vota dos veces".


El líder de ERC sabe que cuenta con dos bazas importantes a su favor: el carácter social de su partido, que se define como de izquierdas y el hecho de que su formación no está manchada por la corrupción. Junqueras ha sabido explotar esas dos bazas durante su larga, y en ocasiones, pesada conferencia (las cámaras han mostrado a alguno de los muchos asistentes echando una cabezadita).


El republicano, que se ha presentado como conocedor de los problemas de la gente de a pie en su papel de alcalde de una ciudad metropolitana, ha puesto varios ejemplos de personas y empresas castigadas por la crisis y así ha dejado en evidencia a un Mas que no hizo ni una referencia a cuestiones sociales en su conferencia de la semana pasada. Además, Junqueras ha demandado que la nueva Cataluña independiente está libre de corrupción. Todo un golpe bajo para un Mas que planea deshacerse de las siglas de CiU porque arrastran casos como el de Jordi Pujol o el del Palau de la Música.


Mas ha asistido a la conferencia de Junqueras, ha tomado muchas notas y ha aplaudido (cosa que el líder de ERC no hizo el martes pasado cuando habló el president). Ahora le toca mover ficha en esta partida que ya se vuelve interminable. No lo tiene fácil. El plan de Junqueras seguro que gusta a las "lideresas" de la Asamblea Nacional Catalana, Carme Forcadell, y de Òminum Cultural, Muriel Casals, que han seguido la disertación del líder republicano con agrado.


Si Mas acepta esa propuesta, corre el riesgo de quedar por detrás de ERC en las elecciones y perder la presidencia de la Generalitat. Si no da su visto bueno a las pretensiones de Junqueras y decide alargar la legislatura, puede encontrarse con que esas entidades secesionistas le retiran su apoyo y al tiempo tendrá que lidiar con los problemas del día a día con un presupuesto que, tal y como están las cosas, se verá obligado a prorrogar.







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