Mucho de ello tuvo que ver con un comienzo en el que desgranó tres de las canciones de su espléndido último disco, 'Afraid of nothing', 'Taking chances' y 'Tarifa', a pesar de su magnífica voz, las interpretaciones no hacían justicia al disco, 'Taking chances' sonaba fría y 'Tarifa' echaba demasiado de menos los vientos del disco. Otra cosa que no ayudaba eran los parones entre canción y canción que no permitían entrar en la intimidad que pedían a gritos dichas canciones.
La cosa mejoró cuando sonó la excelsa 'Save yourself', del lejano 'Epic', mi canción favorita de todo su catálogo que, a pesar de echar en falta el pedal steel de la original, demostró que sus dos últimos discos no son flor de un día y que Sharon es una compositora de primer nivel desde hace varios años. A pesar de que su banda no es para echar cohetes comenzó a destensarse y a ver una auténtica interacción entre ellos. Con especial mención a la magnífica segunda voz que la proporcionaba su teclista. Muchos kilates.
El concierto siguió subiendo en intensidad cuando Van Etten se arrancó con 'I Don't Want To Let You Down', un medio tiempo al que definió como "demasiado alegre" para entrar en 'Are we there', algo que se solucionará el año que viene en el que se publicará en un 7 pulgadas. Comenzó aquí una parte del concierto en el que Van Etten jugó con el repertorio y pareció realmente disfrutarlo. 'Tell me', un descarte de 'Tramp' que volvía a poner en evidencia su maestría compositiva, 'Keep' de su lejano debut 'Because I was in love' o una versión del 'Perfect day' de Lou Reed, que interpretó a solas con su guitarra. Según avanzaba el concierto iba ganando en tablas sobre el escenario y eso se pudo ver cuando presentó la siguiente canción, 'Don´t do it', diciendo que no era tan buena como la de Lou pero que a su padre le gusta.
Para el final sonó la escalofriante 'Your love is killing me': "Quema mi piel para que no pueda sentirte". La banda ya había alcanzado su mejor momento y la cantante parecía estar dispuesta a darlo todo en la última parada de su gira. Algo que se confirmó cuando tras un parón salieron y entregaron dos de las mejores canciones del disco que la dio a conocer, 'Tramp'. Fueron la hermosa 'Give out' y la conocida 'Serpents'. Todo estaba dispuesto para un gran colofón, pero no lo hubo. Fuera se quedaron canciones como 'Our love' o 'Every time the sun comes up'. Fue un gran concierto, hay que insistir en el magnífico escenario que es el teatro Lara para este tipo de conciertos 'íntimos', pero supo a poco. Una hora y cuarto de concierto y trece canciones se queda corto cuando alguien tiene cuatro discos detrás y está en el mejor momento de su carrera. Una carrera que, por otro lado, no puede ser más prometedora.
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