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Noticias falsas

Noticias falsas

martes 16 de diciembre de 2014, 19:13h
Una noticia falsa, otra, ha hecho dudar a algunos de la veracidad de los medios de comunicación. La revista Rolling Stone se vio obligada a disculparse con sus lectores hace unos días; publicó en noviembre un reportaje firmado por Sabrina Rubin Erdely con detalles brutales de la violación en serie durante tres horas por siete bárbaros de una estudiante, Jackie, de 18 años, en el campus de la Universidad de Virginia. La historia tuvo un eco mundial, las universidades revisaron sus estrictas políticas sobre agresiones sexuales y luego la historia resultó ser falsa. El fiasco puede perjudicar mucho cualquier intento de denunciar violaciones reales además de afectar a la credibilidad periodística.

Ahora es un artículo del New York Magazine sobre un adolescente neoyorquino de 17 años llamado Mohammed Islam, capaz de ganar 72 millones de dólares en Wall Street a base de invertir los centavos sueltos en su bolsillo. La primicia ha sido desmentida en menos de 48 horas, después de haberse convertido en una de las noticias más vistas, leídas y comentadas en la Gran Manzana. Y también en España. Todo el asunto resultó ser una farsa, una simple simulación colegial de unos adolescentes jugando a su propia versión del Monopoly. La noticia debía haber sido más contrastada por la periodista Jessica Pressler antes de publicarla, pero ningún medio puede tirar la primera piedra en estos asuntos, a fin de cuentas, según el imprescindible Diccionario del Diablo del sabio Ambrose Bierce, iniciado en 1881, un reportero es un periodista que a fuerza de suposiciones se abre camino hasta la verdad, y la dispersa en una tempestad de palabras.

Nature, una de las más prestigiosas revistas científicas del mundo, se columpió igualmente con un artículo sobre la fusión nuclear fría propuesta por los físicos Fleischmann y Pons. El texto pasó el estricto rigor del cribado peer-review, pero resultó ser una patraña. También Science, no menos prestigiosa, resbala a veces con contenidos colados de matute.

La mala noticia es que nadie es perfecto. La buena que al periodismo también se le puede aplicar el criterio de falsabilidad del filósofo austriaco Popper. Según esa teoría una proposición o disciplina sólo es empírico-científica si, y sólo si, es falsable, es decir, contrastada por la experiencia. En su libro Búsqueda sin término Popper escribió que "la actitud científica es la actitud crítica, que no busca verificaciones, sino contrastaciones cruciales". Aplicado al periodismo es tanto como decir que si no surgieran noticias falsas deberíamos dudar de la autenticidad de todo lo publicado; el hecho de que los mismos periodistas señalen las noticias falsas da presunción de veracidad a las demás. 

El criterio popperiano puede también aplicarse a los casos de corrupción. Si nunca se publicara la denuncia de una corruptela no deberíamos creernos en un mundo puro de seres políticos virtuosos. Estaríamos en una pesadilla de sepulcros blanqueados y crónicas rosas. Las noticias multiplicadas sobre corruptos, chanchullos, enchufes y nepotismos ocupando las cabeceras son síntomas de un sistema que funciona, no de lo contrario.
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