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Rusia y su complejo de imperio

Rusia y su complejo de imperio

domingo 28 de diciembre de 2014, 12:44h
Ucrania, después de la revolución de la plaza Maidan y de la perdida de Crimea a manos de la imperial Rusia, por su complejo de imperio, se ha decidido por no solo integrarse en la Unión Europea, sino también en la OTAN. Vladimir Putin no pudiendo soportar este alineamiento con Occidente,  tiene la intención de fortalecer el sistema de defensa aérea unificado con Bielorrusia y comenzar la formación de este tipo de sistemas con Armenia y Kazajistán, "También tenemos planes de fortalecer el sistema unificado de defensa aérea de Bielorrusia y comenzar la formación de este tipo de sistemas regionales con Armenia y Kazajistán", dijo. Según el mandatario, esta cooperación aumentará significativamente el potencial de la defensa ruso y de los aliados de Rusia y aumentará la estabilidad en el espacio euroasiático.  Entre otros asuntos, Putin recordó que este año se llevaron a cabo los ejercicios militares ruso-bielorrusos Occidente-2013, y que ahora es momento de formar agrupaciones de tropas regionales, con participación de Armenia, Bielorrusia, Kazajistán y Tayikistán. 

Ya se ve el gigante que se alía con los enanos, a falta de encontrar mejores aliados, en tanto que se ve imposibilitado por mejorar la situación económica del país, con la caída del rublo y la decisión de no comprar productos occidentales de los países que le imponen sanciones, por su ayuda decidida a los rusos del oriente de Ucrania, lo que se traduce en Hiperinflación y carestía de productos de primera necesidad, puesto que desde la existencia de la Unión Soviética, la inmensa Rusia, mal vivió de sus reservas de petróleo y de gas, acostumbrando a su población a no innovar ni a crear industria mediana y pequeña, por lo que solo le fue bien en la época Breznev cuando subió el precio del petróleo, después del derrumbe del muro y de la destrucción de las URSS, paso a una privatización salvaje, en manos de  los antiguos "apparitchik", muchos de ellos se hicieron millonarios, pero sin cambiar la estructura del país y su desarrollo de I+D+i , mafias que al final quedaron en dos manos, las de Putin y su actual primer ministro Dmitri Medvédev, turnante ya una vez, como Presidente cuando Putin paso a ser primer ministro, ellos lo guisan , ellos se lo comen.

 Estuve viendo un documental sobre el Kremlin donde Dmitri Medvédev recibía a los distinguidos cocineros de las casas reales europeos, asombrándoles con el lujo y amplitud gigantesca del palacio, al fin y al cabo heredado de los Zares y mantenido por el aparato del partido comunista, con un lujo desatado de atrezzo de ópera que se mantiene. Guy Sorman en ABC explicaba en su columna que Rusia hasta ahora ha vivido de sus recursos naturales, pero en cuanto el petróleo ha bajado su precio por la competencia del gas de esquistos, así como el gas natural, Rusia no puede competir con precios por debajo de los 60 dólares, lo que la sume en la ruina, y como no cambie de actitud frente a occidente, las cosas iran a peor.

Según Gonzalo Toca en Es Global, "Putin se juega su supervivencia en la guerra del rublo. ¿Qué está desatando el pánico? El miedo a la hiperinflación, a la quiebra de los grandes imperios industriales y gobiernos locales, a la huida de los capitales extranjeros y un rescate del Fondo Monetario Internacional. El miedo envuelve como una sábana los mercados y se escucha otra vez una palabra que parecía desterrada de nuestros diccionarios hacía meses: el pánico. Pánico a que el rublo siga hundiéndose frente al dólar; pánico ante la posibilidad de que la deuda extranjera de las empresas y hogares rusos los estrangule sin piedad con sus manos de acero; pánico a que los deseos de millones de occidentales se cumplan de repente y se produzca la caída de Vladímir Putin no por los deseos de libertad sino por la ira que pueda desatar el incumplimiento de sus promesas; pánico, en definitiva, ante una nueva implosión justo cuando Europa y el mundo parecían despertar al fin de la pesadilla de la crisis. 

El rublo se despeña, eso es un hecho. Las oscilaciones varían de día en día pero el desplome ha superado ampliamente la barrera psicológica de los 60 rublos por dólar. No hace falta saber ruso ni tampoco economía para observar la caída con preocupación: la divisa del gigante del norte ha perdido un 60% de su valor en 2014 y los tipos de interés oficiales han escalado un 10% en los últimos 12 meses. Una decisión tan drástica de la autoridad monetaria rusa (elevó el 15 de diciembre los tipos un 6,5%) se debe a algo más que al miedo a que la moneda se estampe contra el suelo. Son las posibles consecuencias domésticas las que inflan de pánico los pulmones de sus líderes. Cuatro destacan entre ellas: la hiperinflación, la quiebra de los grandes imperios industriales y gobiernos locales, la huida de los capitales extranjeros como alma que lleva el diablo y un eventual rescate del Fondo Monetario Internacional. La explicación es múltiple, por supuesto, pero los principales motores que impulsan esta peligrosa tendencia son, para empezar, las trabas a las importaciones que Putin puso en marcha para responder a las sanciones occidentales por su anexión de la península de Crimea. 

Pero evitar la hiperinflación no es el único motivo por el que la autoridad monetaria ha actuado con tanta contundencia. Hay que mirar también al endeudamiento en moneda extranjera de los gigantes industriales rusos, que tienen que devolver en 2015, según los datos oficiales, alrededor de 100.000 millones de dólares. Esos grandes imperios empresariales con profundas conexiones políticas parecen invencibles pero sus pies se vuelven de barro en el momento en el que el precio de lo que venden se hunde (el barril de Brent está cerca de acumular una caída del 50% desde junio) y el coste de lo que deben se dispara. A Vladímir Putin no sólo le preocupa el bienestar de los negocios que controlan los aliados del Kremlin y el precio de los recursos de los que vive en gran medida el país. 

También le preocupa que los inversores extranjeros e incluso sus propios compatriotas vean el rublo como un simple pedazo de metal y los billetes como vulgares papeles. Eso ya está empezando a ocurrir poco a poco: los corresponsales de los medios españoles han observado la forma en la que muchos establecimientos están poniendo, con toda la discreción que requiere una práctica ilegal, sus precios en dólares. Precisamente porque la situación es grave, incluso el Ministerio de Finanzas admite que han salido del país 130.000 millones de dólares hasta el 10 de noviembre, el doble que durante todo el año pasado (Además el Banco Central Europeo ha llegado a afirmar que Rusia subestima la huida de capitales en un 400%). Lejos quedarían para siempre los desmanes que llevaron al rescate de 1998, la privatización de los recursos públicos transfiriéndolos a las cuentas de poderosos oligarcas y la debilidad que llevó a Moscú a ceder frente a las presiones de la OTAN y Estados Unidos. La deuda privada que poseen las empresas y los hogares rusos con extranjeros ha pasado en una década de 100.000 millones a casi 700.000 millones de dólares. Aunque la deuda pública es mínima (no llega al 14% del PIB), ha aumentado vertiginosamente desde 2008 y el peligro se esconde en su distribución geográfica (la concentran las administraciones regionales: sólo 20 de las 82 tienen sus cuentas en orden, según Stratfor).

Esta situación, combinada con la caída del petróleo, la dureza de las sanciones occidentales y el ataque contra su moneda pueden llevarla a otra intervención del FMI. Los hombres de negro aterrizarían de nuevo en la Plaza Roja y no sólo las elites sino sobre todo la gente común sufrirían unas terribles consecuencias que nadie debería desearles." Rusia carece de empresas medianas y pequeñas y su población está acostumbrada a vivir del Estado funcionarial y de las subvenciones, pan para hoy, hambre para mañana. El Imperio Ruso se desmorona.


BERNARDO RABASSA ASENJO: PRESIDENTE DE COFIFARM IBÉRICA Y DE LA UTE CEBR-MULTIMÉDICA-QINDICE PRESIDENTE DE CLUBS Y FUNDACIONES LIBERALES. MIEMBRO ASOCIADO DE ALIANZA LIBERAL EUROPEA (ALDE), PREMIO 1812 de CÁDIZ, PREMIO CIUDADANO EUROPEO 2013 DE FORO EUROPA 2001

Bernardo Rabassa

Presidente de clubs y fundaciones liberales. Miembro asociado de Alianza Liberal Europea (ALDE). Premio 1812 (2008). Premio Ciudadano Europeo 2013. Medalla al Mérito Cultural 2015. Psicólogo social. Embajador de Tabarnia. Presidente del partido político constitucionalista Despierta.

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