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Año Mariano

Año Mariano

martes 30 de diciembre de 2014, 12:16h

Evidentemente el encabezamiento de mi artículo de esta semana nada tiene que ver con alguna causa postular de María; la Virgen, ni tampoco con el título de la comedia cinematográfica de Karra Elejalde, más bien quiero hablar o escribir, dicho con propiedad, del protagonismo en este año que acaba, del que es nuestro actual presidente de gobierno; Mariano Rajoy.

Probablemente para muchos españoles haya sido 2014 el annus horribilis de sus vidas, pero a buen seguro que para Rajoy este año maldito ha significado mucho más que eso. Tengo a nuestro presidente por hombre sensato, poco dado a las extravagancias, trabajador, serio y responsable, pero todo ello unido no marca el carácter que se necesita, hoy en día, para ser un político del siglo XXI. Rajoy se ha equivocado de tiempo, de siglo, de valores y de justicia. Ha querido hacer las cosas rápidamente, poner todo en su sitio con premura, devolver las facturas de los cajones del PSOE al lugar que les corresponden en la contabilidad, ser un mago de las finanzas pensando en Europa, pero en su afán por hacer todo el trabajo de una legislatura, en tres años, se le han ido por la borda cientos de miles de votantes, mucho más que esa cifra en simpatizantes, y lo que es más trágico; miles de familias que lo han perdido todo, y muchos españoles, que lamentablemente, no han podido aguantar la presión a que les han sometido las políticas de recortes de Rajoy, y se han acabando suicidando.

Mariano ha sido el protagonista de este año que acaba. Ni siquiera la proclamación de un nuevo Rey le ha quitado puntos del palmarés. Ni la guerra de Irak de Aznar, o el conflicto de la OTAN de Felipe Gónzalez, han calado tan profundamente en la sociedad española como los recortes sociales y la corrupción política del mandato de Rajoy.

España es un país duro, complejo, con muchas y diversas sensibilidades, por lo que a veces necesita de políticos populistas, malabaristas de la palabra, equilibristas de las finanzas, pero sobretodo, especialistas en personas. Mariano Rajoy ha olvidado, a mi juicio, que en España al mismo tiempo que españoles, en cifras, viven seres humanos, personas de carne y hueso que necesitan ser atendidas, personas de distintas ideologías, raza, credo y compostura, pero que les guste más o menos, a determinados políticos, forman el tejido social de nuestro país, y a ellos, principalmente, es a quien más ha castigado este gobierno nefasto del PP, con voceros que en lugar de apaciguar los ánimos enervados de las gentes, han echado más leña al fuego, con la prepotencia que caracteriza a los que se sienten superiores a los demás, a los que ejercen de políticos por chulería, y que jamás de los jamases se convertirán en servidores públicos.

El balance del año que nos pintaba hace unos días Mariano Rajoy no es creíble para la sociedad española, ni siquiera los buenos augurios para el próximo 2015. Y no es creíble ninguno de los datos que ofrece nuestro presidente Mariano Rajoy, porque él en definitiva no es quien maneja las cifras. Mariano gobierna, pero no lo hace en nombre de los españoles, lo hace, eso si, con nuestro permiso por haberle dado la confianza, que cada vez se merece menos, en las urnas, pero lo hace por y para los bancos, las eléctricas y las grandes empresas, en general, que mueven los hilos de la marioneta de turno. Nos gobiernan aquellos que no se presentan a las elecciones, los que viven de la sangre que pierden los españoles en cada batalla social. Los que tras explotarnos hasta la médula, se llevan el capital a paraísos fiscales porque nunca han pensado en apostar por las personas.

Acaba el año Mariano, un año para olvidar de la memoria del calendario colectivo de los españoles, como se olvidan las fechas de los genocidios, de las grandes catástrofes y las cosas negativas. Acaba también el año de un presidente; Mariano Rajoy, pues mucho dudo que nadie apueste por la figura de este hombre como gobernante del futuro. Pero debería acabar con él  toda la miseria, la corrupción y los malos modos de quienes le han acompañado en este desastre social.

Probablemente la crisis hubiera sido mejor entendida y acatada, por los españoles, con los argumentos de los ministros del gobierno, en lugar de dejar las explicaciones a las figuras relevantes del PP; sin la soberbia verbal de Cospedal, sin la chulería extrema de Floriano, sin la altanería de Rafael Hernando, o la extravagancia caduca y rancia de Esperanza Aguirre.

España necesita regenerarse, como se ha regenerado tanto tiempo en su historia, necesita hacer borrón y cuenta nueva, empezar una etapa de ilusión y bienestar, donde los españoles dejen de sorberse las lágrimas de la miseria y sonrían a un tiempo nuevo, donde el que la hace la pague, donde desaparezcan los estafadores bancarios y de compañías de servicios, donde la justicia sea justa, y donde merezca la pena vivir y sentir como español. Termina aquí el año de Mariano, ojala el 15 sea como dicen la niña bonita de nuestra España.           

Ismael Álvarez de Toledo

periodista y escritor

http://www.ismaelalvarezdetoledo.com

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