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Ramos y Ronaldo igualaron pero no remontaron

'Matador' Torres, más dios atlético que nunca: dos estocadas suyas fulminan a un Madrid que lo intentó todo (2-2)

jueves 15 de enero de 2015, 21:35h
El gran 'torero' e ídolo rojiblanco ha vuelto. Y Fernando Torres, apodado 'El Niño', lo ha hecho no como novillero, sino como auténtico matador: cortando las orejas en esa difícil plaza y cátedra del fútbol que es el Bernabéu. Dos certeras estocadas suyas, al inicio de cada parte, fueron fundamentales para salir a hombros y eliminar a un Madrid que se entregó con bravura y lo intentó todo para nada (2-2).
Los rojiblancos han vuelto a triunfar en este coso donde hasta hace muy poco eran banderilleados y muertos a estoque; o sea, goleados. Sin embargo no han perdido en sus últimos cuatro paseíllo en el Bernabéu. Aunque, eso sí, los despistes defensivos de la defensa del Madrid ayudaron mucho. Y el Niño, torero él, aprovechó las facilidades para dos estocadas cuando más duelen: al inicio de cada parte. Primero aprovechó un gran jugada de Griezmann, que se libró de Pepe, y batió a Keylor Navas con un buen lanzamiento. 


El de Fuenlabrada, soberbio en la definición, rompió el hechizo a las primeras de cambio y demostró que le ha hecho falta un partido -el de la ida-- y un rato en el Nou Camp para volver a celebrar un gol vestido de colchonero. A partir de ahí surgieron los arrebatos del equipo de Ancelotti, que sigue sin encontrar la fórmula para frenar a los de Simeone, los balones colgados -un caramelo para el Atleti-- y el ímpetu desmedido que tanto levanta al Bernabéu, pero que no se tradujo en gol hasta el ecuador del primer acto. Sergio Ramos, con un cabezazo, igualó el partido.
  
Aunque Oblak también tenía su regalito preparado: una falta botada por Kroos terminó en la testa de Ramos, que no falló ante el error de checo en el despeje. El 1-1 sirvió al Atleti para eternizar cada jugada a balón parado y para desarrollar la versión más perfeccionada de su 'ADN': detener los partidos y ser un muro en los balones frontales. Nada le pone más a los atléticos que un partido así. El guión lo mantuvo a rajatabla, pero el Madrid se empeñó en bombardear a Oblak, en la mayoría de las ocasiones sin oficio ni beneficio. La hoja de ruta no era la adecuada, por mucho que sólo existiese un equipo sobre el verde del Bernabéu. 


El Atleti se conformaba con buscar a Torres, que seguía viviendo muy cómodo en su isla y Mario Suárez salvó la ocasión más clara en botas de Cristiano, pero no hubo manera de romper la maraña planteada por el vigente campeón de Liga. Mucho orden, poco fútbol, y la intensidad por bandera. Con esos ingredientes sacó provecho el equipo de Simeone. No enamoró a los suyos, pero 'el equipo del pueblo' no tiene problema en priorizar su gusto por ganar que por gustar.

Repetición de la estocada, ahora definitiva

Emocíón había a tope, pero el 'torero' Torres, en su noche de gloria, se encargo de cargársela también en el primer minuto tras el descanso con otra estocada ya definitiva para la eliminatoria: regateó a Pepe y marcó por bajo. Un excelente gol que daba el pase al Atlético y que esbozaba una sonrisa en el ex jugador del Milan. Todo ha cambiado Torres, que poco después dejó su sitio a Arda con una sonrisa imborrable en su cara.

Eso sí, contestó, casi de inmediato el Madrid con un espléndido cabezazo de Ronaldo, con casi todo el segundo acto por jugarse, pero el equipo de Ancelotti fue incapaz de encontrar el camino del gol. Ni con Jesé, que entró revolucionado y con energías renovadas, sirvieron para aplacar al 'todopoderoso' Atlético, que se ha ganado con letras mayúsculas todos los elogios del mundo. Y el festejo rojiblanco, con salida a hombros virtual de su 'matador' Fernando Torres, llegó a su fin. Ahora, otro toro muy difícil, otro miura, el Barça.

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