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38 años de los asesinatos de Atocha

sábado 24 de enero de 2015, 10:13h

Si el eco de su voz se debilita, pereceremos

Paul Eluard

Hoy, 24 de Enero, hace 38 años que un grupo de pistoleros fascistas, siguiendo órdenes de sus jefes, a las diez de la noche entraron en el despacho de Abogados de CC.OO. situado en la calle Atocha 55 de Madrid y asesinaron a Enrique Valdelvira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz, Francisco Javier Sauquillo Pérez, Serafín Holgado todos ellos Abogados y al Administrativo Ángel Rodríguez Leal, y malhirieron a los también Abogados: Miguel Sarabia Gil, Alejandro Ruiz-Huertas Carbonell, Luis Ramos Pardo y Dolores González Ruiz.

Fue un crimen horrible, execrable, de los que permanecen vivos en la mente de muchos de nosotros, y que intentaba, entre otras cosas, parar, frenar en seco el proceso democrático que estaba iniciando nuestro país. Fue un crimen contra la libertad, la democracia y los derechos de los trabajadores. Pero no lograron su objetivo, y el camino hacia la libertad, no solo no se frenó sino que incluso se aceleró, porque las ansias de libertad del pueblo español, eran mucho mayores que el miedo que ellos nos querían imponer.

Hoy, cuando determinadas gentes y organizaciones políticas, incluso del ámbito de la izquierda, califica a la Transición como el fruto de un pacto de élites y que estuvo al servicio de los poderosos, no puedo por menos que mostrar mis más radical desacuerdo. No fue un pacto entre élites quien la trajo, sino la pelea durante muchos años de cientos, de miles, de millones de españoles que un día tras otro, en la empresa, en la universidad, en la asociación de vecinos, en el movimiento feminista o en el campo, lucho, peleó sin descanso y en las peores condiciones, para hacer posible que la libertad y la democracia se hicieran realidad.

Aquella generación, la de la Transición, a la que me siento tan unido y orgulloso de pertenecer, se dejó lo mejor de si misma, incluso algunos la vida, para conquistar la libertad, la democracia, y con ella el arranque hacia una sociedad mucho más justa, más solidaria y con más derechos que la que nos deparó el franquismo y la dictadura.

Las libertades no nos fueron regaladas, hubo que pelearlas, al igual que el progreso y el avance social que durante estos más de 30 años no nos han sido regalados, ni a los trabajadores ni a las clases populares, sino que se ha ido haciendo realidad, se ha ido construyendo, dando día a día la batalla, avanzando unas veces mas deprisa, otras mas despacio, pero avanzando siempre, hasta que una crisis económica que ni se creó en el país, y mucho menos los trabajadores, ha venido a cambiar el sino y el devenir de la historia. Así hoy, buena parte de los derechos laborales y sociales y la libertades individuales y colectivas por la que se luchó en la dictadura y se peleó en la democracia, nos están siendo arrebatadas por una derecha política corrupta e insolidaria a la que, hay que decirlo, democráticamente se le entregó todo el poder político y a una derecha económica egoísta que solo sabe de sus intereses y de sus beneficios.

Las nuevas generaciones que tiene razón y mucha, cuando exigen cambios en el terreno político, económico y social, y reivindican más participación, más libertad, más democracia, pero también deben conocer que la libertad que disfrutamos fue conquistada y que los avances no han sido fruto de la casualidad, sino del compromiso y la pelea de mucha gente, y muy especialmente del sindicalismo de clase, con CC.OO. al frente.

Tras no haber faltado ningún año desde hace mas de veinte, al acto de homenaje que CC.OO. de Madrid organiza a través de la Fundación Abogados de Atocha, este año mis obligaciones laborales me impiden estar allí, pero ello no es óbice para recordar con dolor y rabia a los compañeros asesinados, al tiempo que reivindicar el espíritu de los Abogados de Atocha y afirmar que sigue vivo, sigue intacto en la mente y en el quehacer diario de cientos, de miles de militantes obreros y de luchadores por la libertad, porque si el "eco de su voz se debilita, pereceremos".

PD. En 2002, el Gobierno de Castilla-La Mancha creo el Premio Abogados de Atocha, y en 2012 Cospedal de un plumazo en un acto de chulería y prepotencia procedió a anularlo, aunque CC.OO. en solitario lo ha venido mantenido.

Juan Antonio Mata

Exsecretario regional de CCOO Castilla-La Mancha

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