Efectos de la tragedia en la vida ciudadana: urgencias colapsadas y bulo de que se necesitaba sangre

La enorme explosión que se produjo al caer el F16 griego en los hangares de la Base Aérea de los Llanos, que está a unos 5 kilómetros de la capital, pasó casi desapercibida en la ciudad por esta distancia, aunque en la zona sur de Albacete sí que se escuchó y hubo cierta alarma por si se trataba de algún ataque terrorista. Una alarma que pronto desapareció cuando se fueron conociendo detalles del accidente, que en principio no se pensó tan grave, ya que las primeras informaciones hablaban sólo de dos muertos.

Pero esta informaciones no bastaron para evitar un bulo que se extendió ampliamente por Albacete: el de que era necesario donar sangre en el Hospital General Universitario para atender y socorrer a los heridos, e incluso hubo mucha gente que se acercó al lugar para dar su sangre, donde se desmintió de forma rotunda este asunto, ya que la había en cantidades más que suficientes. 

Eso sí, en los primeros momentos, al llegar los heridos fue necesario que se desalojasen en parte las urgencias, que se vieron colapsadas durante varias horas hasta volver a la normalidad a última hora de la tarde, y sólo se atendieron los casos más graves de entre los enfermos que ya estaban allí para dar prioridad a los militares que ingresaban, un total de 19, según las últimas informaciones oficiales

La nube tóxica

Como lo peor que sufrían varios de ellos eran fuertes quemaduras en sus cuerpos, se decidió enviar a los más afectados, cinco en total, en ambulancias medicalizadas a Madrid para que fueran atendidos en clínicas que son especialistas en este tipo de heridas. Otro de los comentarios entre los albacetenses fue que había peligro de que la nube tóxica resultante de la explosión se desplazara desde la Base hacia la ciudad, lo que sí habría añadido un gran peligro para sus habitantes. 

Sin embargo no sólo se controló por parte de los bomberos con cierta rapidez, sino que además se fue desplazando todavía más hacia el sur de la Base Aérea, es decir más a las afueras de la ciudad. Finalmente, en la capital albaceteña fue volviendo la normalidad en al vida cotidiana, aunque con la atención de los ciudadanos a las informaciones que iban saliendo cada vez en menor medida. 

Si bien es cierto que, aparte de la tragedia en la Base, para la ciudad todo quedó en un susto, sí que hubo muchos comentarios en el sentido de que Albacete volviera a salir en los medios nacionales e internacionales para algo tan negativo. Como ocurrió, por ejemplo, hace once años con el trágico accidente en el que chocaron dos trenes en Chinchilla con un balance de 19 muertos y 50 heridos.

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