Ana Rosa Quintana. El bisturí no, sólo el photshop

La reina de las mañanas televisivas dice esta semana en la revista del mismo nombre que ella no se opera porque le da miedo. Yo me lo creo porque la anestesia asusta a muchas mujeres más que un parto. Lo que sí es verdad es que no se debe de encontrar tan a gusto en su físico cuando la señora que aparece en la portada de su revista es ella pero parece su hija. El photshop que se hace Ana Rosa lleva años siendo motivo de chistes y no es para menos. 

No solamente se quita todas y cada una de las arrugas de la cara, es que además se quita centímetros de su cuerpo. Tantos que, al final, son dos tallas menos. Si no se lo creen cojan un ejemplar de AR y cualquier foto hecha a traición en la calle. No se sientan mal si no la reconocen. Le pasa a todo el mundo. ¿Se acuerdan ustedes de cuando inauguró la temporada de AR el pasado septiembre que lo hizo desde Gaza y casi nadie la reconocía? Pues eso.