Estamos llamados a ser dirigentes

"Espacio de poder que tú no ocupes, otro lo ocupará por ti". Esta frase me la dijo hace casi ocho años Manolo Barrero, quien fuera alcalde por el PCE en la localidad leonesa de Villablino en la complicada época de la Transición. Hoy Manolo milita en Podemos, partido que parece nacido de las consecuencias de la cita anterior. 

En efecto, la ciudadanía ha sido relegada en la política actual al papel secundario de votar y callar. Solo se te permite elegir, y cada vez sobre menos cosas, los días de fiesta; quizá sea esto lo que quieren decir ciertos medios de comunicación cuando se refieren a las elecciones como "la fiesta de la democracia". Pero la fiesta ya sabemos que dura menos de lo que costó prepararla, que luego hay que limpiar mucho y que al día siguiente hay que madrugar para ir a trabajar; eso si tienes la suerte de estar empleado.

En definitiva, después de la fiesta llega la cruda realidad, en la que la gente decente pintamos más bien poco. Una cruda realidad definida por el saqueo y el expolio de una clase dirigente erigida en mafia que entiende la democracia como el negocio suyo de cada día, y no, por supuesto, de cada cuatro años. La mafia nos roba cotidianamente mientras se crispa cuando la gente decente pide ampliar sus márgenes de participación en esto que cínicamente llaman democracia. Lógico, pues abrir de par en par las puertas y ventanas de la casa siempre provoca la salida del aire viciado y de la pestilencia.

Podemos es precisamente una herramienta para los que queremos que no queden puertas, ventanas, armarios o escondrijos sin abrir ni inspeccionar. Inspección realizada por nosotros y nosotras, por la gente decente. Hablamos de empoderamiento, que no es otra cosa que ganar poder, que darnos poder a nosotros mismos, para que así podamos de verdad.

Todo esto es muy bonito, ¿pero cómo bajamos de las musas al teatro? Esa es la cuestión a la que se está tratando de dar respuesta en el ámbito en el que nos movemos los círculos municipales de la comarca de La Sagra. Círculos compuestos por personas muy heterogéneas (gente con y sin experiencia política, gente que sabe y que no sabe cómo funciona un ayuntamiento) unidas por el objetivo de realizar un trabajo político que mejore la realidad cotidiana de los pueblos en los que habitan.

¿Por dónde comenzar? En este texto voy a enumerar una serie de buenas prácticas que ya se están produciendo en diversos pueblos de la comarca de La Sagra. Prácticas que considero que van en el buen camino y que pueden servir de guía a otros círculos que estén dando en estos momentos sus primeros pasos:

1. Información, información e información. Hay que recopilar toda la información posible sobre procedimientos, normativas y presupuestos municipales. Debemos tener claro qué cosas son competencia de nuestro ayuntamiento o de otros niveles administrativos. También debemos mirar con lupa los gastos municipales y así conocer en qué gasta nuestro municipio, cuánta deuda acumula y en qué va a emplear los fondos en los próximos años. Acostumbrémonos a pedir información a las administraciones públicas, las cuales están obligadas a ser transparentes sobre su gestión. Para eso se ha creado una Ley de Transparencia que, aunque es manifiestamente mejorable, es un instrumento que debemos conocer, por ejemplo para saber qué podemos pedir. El Portal de la Transparencia creado para dar soporte a esta ley es de obligada visita.

2. Al servicio de las necesidades de la gente. Hay que conocer la problemática de nuestros vecinos y vecinas. Saber cuántos parados, dependientes, desahuciados, mujeres, niños y mayores hay en el municipio. Si bien esto conecta también con el punto anterior, el de la información, es muy importante el contacto directo con estas personas. Saber qué les pasa, cómo se sienten. Y si es posible, planteemos la realización de un censo de necesidades ciudadanas. Esta puede ser una buena propuesta de acción conjunta con el tejido asociativo de la zona: asociaciones de mayores, contra los desahucios, en defensa de la sanidad y de la educación pública, etc. Solo Podemos de verdad si estamos conectados con lo que la gente demanda. Para ello necesitamos a los movimientos y colectivos sociales, pues ellos son los que llevan años en estas luchas.

3. Un programa popular basado en las exigencias ciudadanas. Si conseguimos un mapa exacto de las necesidades y demandas reales de la gente de nuestro municipio, es evidente que nuestro programa de acción municipal debe enfocarse a la satisfacción de dichas cuestiones. Lo cual es válido tanto para nuestra acción cotidiana dentro del municipio como de cara a la elaboración de un programa de gobierno municipal que concurra a las elecciones municipales, siempre de acuerdo a las directrices aprobadas en la Asamblea Ciudadana Sí Se Puede. Nuestro programa debe ser el programa de la gente. Para empoderarla y para poner sus problemas en el primer plano de la acción política.

4. Bancos de participación ciudadana. No solo hay que hacer un censo de las necesidades y problemas de la gente. También de sus capacidades, conocimientos y talentos. De todo ese capital humano que lamentablemente desecha el sistema en demasiadas ocasiones. Motivo por el que hay tantas personas con alta cualificación al borde del precipicio. Pero también las que están menos preparadas, y que están igualmente desesperadas, puede ser tanto o más útiles. La cultura no solo tiene que ver con el nivel académico. Más importante es tener conciencia de la posición que se ocupa en la sociedad y del lugar al que hay que mirar para salir del agujero. Debemos ser una herramienta al servicio de las personas que son conscientes de su situación y que quieren ponerse a trabajar para cambiarla. Todo el mundo tiene algo que aportar. Y cuantas más cerebros, corazones y manos se junten en este empeño colectivo, más lejos llegaremos. Podemos también es inteligencia colectiva en movimiento. Todo el que quiera sumarse y participar desde lo que pueda y sepa hacer debe ser bien recibido.

5. Formación, formación y formación. Siempre se puede hacer un poco mejor lo que ya hacemos. El primer paso es apoyarnos en los que ya lo saben hacer mejor que nosotros. Organicemos charlas, talleres y debates en los que participen expertos y sabios con los que tengamos contacto. En la línea del apartado anterior, no solo hay que poner a trabajar el capital humano despreciado por el sistema. También hay que aprovecharse del capital humano que ya tenemos trabajando para nosotros. De los expertos que están en sintonía con lo que defendemos y que quieren transmitirnos sus conocimientos. Aprovechémonos, repito en el buen sentido, de los que tanto tienen que enseñar y además quieren hacerlo. Y no solo a través de este tipo de eventos presenciales. También hay que volver al estudio clásico, a hincar codos, en pocas palabras. Cuanto más sepamos, mejor lo haremos. Berthold Brecht lo expresó de forma impecable en su poema "Loa al estudio":

¡Estudia lo elemental! Para aquellos cuya hora ha llegado no es nunca demasiado tarde.

¡Estudia el "abc"! No basta, pero estudialo ¡No te canses!

¡Empieza! ¡Tú tienes que saberlo todo!

Estás llamado a ser un dirigente.

¡Estudia, hombre en el asilo!

¡Estudia, hombre en la cárcel!

¡Estudia, mujer en la cocina!

¡Estudia, sexagenario!

Estás llamado a ser un dirigente.

¡Asiste a la escuela, desamparado!

¡Persigue el saber, muerto de frío!

¡Empuña el libro, hambriento! ¡Es un arma!

Estás llamado a ser un dirigente.

¡No temas preguntar, compañero!

¡No te dejes convencer!

¡Compruébalo tú mismo!

Lo que no sabes por ti,

no lo sabes.

Repasa la cuenta,

tú  tienes que pagarla.

Apunta con tu dedo a cada cosa

y pregunta: "Y esto, ¿por qué?

Estás llamado a ser un dirigente.

Amigas y amigos de Podemos, estamos llamados a ser dirigentes de nosotros mismos y de nuestro futuro. Llenemos la democracia de contenido. Como dice mi buen amigo José Gabriel Bejerano, responsable de la secretaría general de Podemos Palomeque, no hablemos de democracia: seamos la democracia.

Daniel Jiménez

Candidato Independiente al Consejo Ciudadanos de Podemos Castilla-La Mancha.