www.diariocritico.com
Como patio de colegio

Como patio de colegio

martes 24 de febrero de 2015, 21:03h
El presidente entra en escena y repasa su visión de España durante 90 minutos. Se le ve tranquilo, hace gala de sus años de práctica parlamentaria y enumera una batería de datos económicos y nuevas propuestas. Rompe su discurso varias veces para contestar a la bancada de la oposición, que rumorea y critica los datos del gobierno, y lo hace con broma y segundas. Rajoy apunta a que todo lo logrado no es el fin de una obra, sino el de un acto, dejando entreabierta la puerta para el plan de la próxima legislatura.

Marca los próximos objetivos: tres millones menos de parados y un millón más de empresas. Hace ver que si se sigue con el camino emprendido será fácil llegar al objetivo en pocos años. Pero si los españoles dejan que venga la irresponsabilidad volveremos a la casilla de salida y lo que ahora puede llegar a ser realidad en unos años, volverán a ser los sueños que hace tres años nos hacíamos. Una alusión directa a Podemos, los identifica como los irresponsables, aquellos que aún no cuentan con un programa económico real.

Hay tiempo para nombrar a Cataluña y hacerles un guiño de nuevo a sus votantes y mantener la posición establecida por el gobierno: celebra que se dejara de celebrar el referéndum y que se cambiara por una especie de "acto propagandístico". Mantiene en su posición de asegurar los derechos fundamentales, la igualdad de los ciudadanos españoles y que bajo su mandato no se pondrá en duda la unidad del estado. 

Su discurso consigue ilusionar, es moderado, con guiño a la clase media, al votante medio. "Se puede señorías, claro que creo que se puede". No hemos necesitado una década, tan solo tres años. Se vanagloria el presidente de haber revertido la situación en tiempo récord y ser ahora ejemplo de recuperación.

Tras 90 minutos del primer gran acto de campaña del PP deja Rajoy la tribuna, glorioso y con su grupo en pie recibiendo al vanagloriado presidente.

"Prudencia señor Rajoy, prudencia"

Llega la réplica de Pedro Sánchez. Hace gala de un discurso preparado, estudiado. Se le observa también tranquilo, lee menos que el presidente y interpela directamente con los ministros a los que hace alusión.

Apela en su discurso a la clase obrera, aunque su mayor atención la ocupan las mujeres, quienes cobran un 24% menos que sus compañeros varones, o le recuerda la ley del aborto y que fueron ellas quiénes ganaron al gobierno. Se autoproclama portavoz de las personas en las que el gobierno no ha pensado en el momento de legislar: los parados de larga duración, los científicos emigrados, los jóvenes sin trabajo... 

Prudencia le pide en el momento de hacer declaraciones, puesto que le hace un repaso de hemeroteca de sus momentos en la oposición, o de los diles y diretes de sus primeros momentos de presidente para mostrar las contradicciones. 

Llega el momento de las propuestas de Sánchez y nos muestra cuál va a ser el posicionamiento del PSOE para la campaña, el lugar en que se posicionaran entre Podemos y el PP: una política que reescriba el pacto entre generaciones. Se presenta como un reformista constitucional frente a la inmovilidad de la derecha y la ruptura de Podemos con la Constitución vigente.
Hay contraréplica a la posición del gobierno sobre Cataluña para mantenerse en el reformismo y proponer un estado federal. "Hay que poner a España en el día y la hora del siglo XXI", indica Pedro Sánchez.

Pero llega el momento de aconsejar a Rajoy que salga del plasma y que visite la calle. Nadie se cree su discurso contra la corrupción, apunta el líder de la oposición para seguidamente increparle con el tema de Bárcenas, y es en ese mismo momento en el que el congreso se vuelve un patio de recreo y los mayores increpan a los pequeños.

"Ahora ya podemos hacer políticas sociales"

En su segunda intervención Rajoy comete un fallo garrafal a nuestro entender, asumiendo que ahora ya pueden empezar a hacer políticas sociales, dando por hecho que hasta el momento no podían hacerlas, y echando por tierra parte del discurso inicial. Metida de pata que Sánchez no sabe aprovechar.

El presidente hace mayor demostración  de sus años de parlamentario y de su soltura en debates como ministro y presidente. Y es que, si algo tiene de bueno Rajoy, son lo bien que se le dan las réplicas.

Primero reubica a Sánchez en cuál es su enemigo y vuelve a aludir, esta vez de forma directa al señor Iglesias, para seguidamente posicionarse políticamente sobre Sánchez menospreciando su intervención: "Usted es el secretario general del PSOE, debería tener más nivel en sus intervenciones", le indica. Para empezar una nueva batería de datos comparativos entre las actuaciones de su gobierno y la herencia dejada por el PSOE.

Y, como apuntamos antes, empieza el patio de colegio. Rajoy se siente amenazado por las alusiones a Bárcenas y ataca ferozmente a Andalucía, a sus recortes en sanidad y en trabajadores, a sus casos de corrupción y al inmovilismo del secretario general para algunos parlamentarios y senadores llamados por la justicia. Tan dura es la réplica que de la bancada socialista asoma una bandera de Andalucía, que la da pie a cerrar el tema con una improvisada intervención de tono negro: "Ni los recortes de presupuesto ni los puestos de trabajo se arreglan presentando una bandera en el congreso de los diputados. Demagogia y de la mala".

"Hablan tanto de herencia que se olvidaron del futuro"

Vuelve el líder de los socialistas a la palestra. Esta vez tiene una voz más temblorosa, se le nota con menos fuerza que en su discurso inicial.

Hace alusión a las acusaciones del presidente bajo el argumento que, aquellos que les presentan oposición son merecedores de sus descalificaciones y desprecios. Es el momento en que se iguala con el ciudadano y expone que la oposición, los que merecen sus descalificaciones son los profesores a los que les llamaron vagos, a todos aquellos a los que llamaron defraudadores... 

Pero deja los datos que Rajoy le esgrime en la contra y se centra en los casos de ataques personales: No tiene candidato en Andalucía, usted no puede hablarme de corrupción, se esconde detrás de sus ministros en los casos de corrupción (con alusión directa a la exministra) y en el caso de su ley del aborto...

Baja el nivel de debate y sube el tono de las intervenciones. Sánchez opta por elegir el debate cuerpo a cuerpo más que el discurso de ideas. Intenta desgastar al presidente con los llamativos casos que han habido en esta legislatura más que en el trabajo del gobierno y Rajoy aprovecha la situación para volver a crecer como hombre político sobre Sánchez.

"No vuelva usted aquí a no decir nada, porque ha sido patético"

Obvia completamente la réplica de Sánchez. Para lo único que se refiere es para recomendarle que le exija a aquél que le escribe las réplicas que se esmerara un poco más, por que ha sido patética.

Termina rápido esta segunda intervención explicando que se reitera en lo dicho en su primera intervención.

"Como patio de colegio"

Más que decir que son la derecha de siempre como le dijo el señor Sánchez al señor Rajoy nos recuerda más a los momentos de acusaciones directas entre el señor Aznar y el señor González, pero con un perfil más bajo de actuaciones.

No ha habido grandes sorpresas en el contenido preparado de las intervenciones. Rajoy aprovechó para hacer un acto electoral y Sánchez ha marcado su posición frente a sus adversarios directos. Lo que puede sorprender un poco más es el tono empleado por Sánchez en el debate. Tono que recuerda más a las acusaciones directas al estilo de Rivera o Iglesias, acusaciones en las que los populares no suelen estar demasiado cómodos, pero que en esta ocasión cogió a Rajoy con un buen día y sorteó, no con buenas formas ni con buenos modales, pero si de forma efectiva para dejar a Sánchez clavado en su asiento. Y eso que el PSOE ha sonado esta vez más a las nuevas formas de comunicación que al partido de estado al que recordaba Rubalcaba.

Sánchez ha mostrado nuevas formas y posicionamiento, Rajoy su campaña y los datos que hará valer en ella. Todo se ha escenificado para romper con el PP después del pacto firmado, tan criticado. ¿Habrán gustado las formas de Sánchez entre sus votantes? Las encuestas y las urnas lo dirán, lo cierto es que hoy ha marcado una nueva tendencia en el PSOE.


Jose Luis Sanchis
Carles Salom
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios