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La irrefrenable decadencia de Tim Burton

La irrefrenable decadencia de Tim Burton

miércoles 11 de marzo de 2015, 18:40h
Hoy se ha conocido que Tim Burton hará una versión con mezcla de acción real y animación del clásico de Disney, 'Dumbo'. Lo que hace unos años se pudo ver con expectación hoy no es más que la confirmación de la sequía creativa de un hombre que comenzó su carrera siendo una brisa de aire fresco en el Hollywood de finales de los 80 y principios de los 90.
Eran los años en los que este encantador 'freak' encandiló a toda una generación con sus cortos animados, como 'Vincent' y 'Frankenweenie', y sus estrafalarios personajes como Bitelchús, Eduardo Manostijeras y Ed Wood. Sin olvidar, su papel como 'Rey Midas' al convertir el cine de superhéroes en la gallina de los huevos de oro, gracias a 'Batman'.

Son estos primeros años de su carrera los que le catapultaron al Olimpo de creadores de un mundo propio. Burton tenía un estilo único e irrepetible y sus películas eran tan reconocibles como puedan ser las de Tarantino o Wes Anderson. Marginados con gran corazón y un optimismo infantil, se mezclaban con sus colores pastel, su crítica al 'American way of life' y guiños a sus obsesiones, ya fuesen las películas de terror de la Hammer, la RKO o el 'Banan Boat Song' de Harry Belafonte. Su cima llegó con 'Ed Wood', una tierna mirada al conocido como "peor director de la historia" en la que se comparaba su entusiasmo con el del mismísimo Orson Welles.

Todos nos frotábamos las manos pensando en una carrera meteórica pero comenzaron a verse los primeros problemas de agotamiento. 'Mars attacks!' era un pastiche autorreferencial. Divertido, pero sin el alma de sus anteriores películas. 'Sleepy hollow' mejoró las cosas, siendo un más que correcto ejercicio de estilo pero nada hacía presagiar la hecatombe que se avecinaba, el 'remake' de 'El planeta de los simios'.

¿El peor 'remake' de la historia?

Si realizar un 'remake' de una de las grandes películas de la ciencia-ficción no parecía una gran idea a priori, el resultado fue peor de lo esperado. Muchos lo vimos como una mancha en el expediente, sin darnos cuenta, de que el aviso era mucho más serio. Pero es que su siguiente película, 'Big Fish', fue una vuelta a sus años dorados volvía a tener la magia, y el corazón, de sus grandes obras. Incluso un insulto como 'El planeta de los simios' se podía perdonar tras ver esta maravillosa película.

Así que dos años después volvimos a hacer cola en un cine para ver una película que, a priori, le iba como anillo al dedo, 'Charlie y la fábrica de chocolate'. El resultado, en cambio, fue mediocre, Burton se contentó con mezclar su estilo visual con la historia sin ser capaz de superar la versión de Mel Stuart, protagonizada por Gene Wilder.

'La novia cadáver' fue una vuelta a los tiempos de 'Pesadilla antes de Navidad' pero evidenciaba una cosa, Henry Selick era mejor director de animación que el propio Burton. Eso sí, la película le confirmó como el gran comerciante que es, vendiendo miles de muñecos como 'merchandising', en el mejor modo de Delia Deetz en 'Bitelchús' o Walter Keane en 'Big eyes'.

'Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet ' le seguía viendo copiando su propio estilo, aunque con resultados aceptables. Peor, desde luego, fue lo de 'Alicia en el País de las Maravillas', otro innecesario 'remake' que, junto a 'El planeta de los simios' y 'Charlie y la fábrica de chocolate', debería hacerle plantearse la necesidad de realizar otro.

Reciclando ideas

2012 vio dos nuevas películas del realizador, la primera, 'Sombras tenebrosas', me llevó a afirmar que parecía como si la hubiese firmado un imitador del creador de 'Ed Wood', uno que sabe calcar el estilo pero que es incapaz de copiar el alma de aquellas películas. La segunda, 'Frankenweenie', no fue sino la confirmación de que Burton se estaba quedando sin ideas, siendo una versión larga de un corto filmado en 1984. Eso sí, la vuelta a esas ideas nos permitió volver, por unos instantes, al Burton transgresor, cálido y divertido de los primeros tiempos.

Su última película hasta la fecha es 'Big eyes', un retrato de la pareja formada entre Margaret y Walter Keane. Un matrimonio que vio como los cuadros de ella eran firmados por él, un genio del marketing, convirtiéndole en uno de los pintores más famosos del mundo. Tras descubrirse la farsa los cuadros de Keane se han convertído en un objeto de culto. Parece claro el influjo de estos cuadros en Burton, no en vano, comparte con ellos la misma mezcla de tristeza, alegría infantil y 'kitsch' que adornaba alguna de sus mejores películas como 'Eduardo Manstijeras' o 'Big fish'.

Claro que, en la distancia, lo que puede ser es que Tim Burton sufra una especie de síndrome bipolar en el que es, al mismo tiempo, Walter y Margaret Keane. Lo malo es que en el actual Tim Burton prevalece Walter, un hombre que ha dejado de firmar la obra de otro para pasar a plagiarla del peor modo posible.

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