viernes 27 de marzo de 2015, 11:07h
Humildemente
pienso que todo ha salido mal. Una vez concluido los mil análisis tras las
elecciones andaluzas, sólo se salva Ciudadanos que, tacita a tacita, va
vistiendo de votos aquel sorprendente desnudo de su líder Rivera. El resto fue
debacle. Ni la apasionada doña
Susana envuelta en la bandera prenatal
de Andalucía logró la estabilidad que pretendía ni el candidato Moreno Bonilla
pasó con aprobado raso: suspendió, qué se le va a hacer, esas cosas pasan
cuando se nombra a dedo a una buena persona a la que nadie conoce y que, temo,
unirá ya para siempre su nombre a su deseo: "elcandidatoMorenoBonilla", así
todo seguido. UPyD se descompone por momentos y habiendo sido la primera opción
que se atrevió a ser tercera opción y a
enfrentarse a los dos grandes, se deshace ahora -y lo siento- en un suicidio
que pudo no haber sido. Pero no sólo hay que cargar las plumas contra Rosa
Diez; hay más responsables y seguramente más intransigentes. De Izquierda Unida
casi mejor ni hablar, víctima de sí misma, está llamada a desaparecer y nadie
ya va a recordar ni tan siquiera aquel eurocomunismo. Y la doble sorpresa: el
triunfo/fracaso de Podemos que pese al encantamiento de su discurso no alcanza el cielo que tenía
prometido por los demoscópicos ni por ellos mismos.
Y ahí está doña
Susana dispuesta a gobernar en minoría mientras aumentan los escándalos y cada invitado
pone sus condiciones: que se vayan Chaves y Griñán, pero ya mismo (Podemos) que
es lo que ha pedido también Ciudadanos aunque reconocen que el programa de Díaz
no es su programa. ¿Y el PP? Pues quiere salvar los muebles de las grandes
capitales y exige que se respete en las municipales las listas más votadas
mientras IU, socio del PSA hasta que le dio el arrebato a doña Susana, dice
ahora que la lideresa "no tiene credibilidad". A buenas horas se dan cuenta
unos y otros.
Es más o menos lo
que se esperaba y ahora los pensadores y analistas debaten sesudamente si son o no extrapolables estos datos a las
generales. Pues vaya usted saber. Lo que está claro es que todos tienen que
cambiar de discurso, que el PP no puede no puede "vender" que han caído cuatro gotas en el secarral de
nuestra economía porque la gente ni sabe ni quiere saber de macros. Y tampoco
debería cebarse con Ciudadanos que sería el único apoyo natural si limpian de
una vez el patio de Génova. Pero es que Ciudadanos, con tal de distanciarse del
PP y por las prisas, tal vez sienta la tentación de apoyar a un PSOE que
termina engulléndolo todo.
La verdad es que
esto es una desmadre de padre y muy señor mío y al final la IU de Garzón se
disolverá en Podemos y muy posiblemente Podemos, sin mojarse demasiado y viendo
lo que pasa en Grecia, moderando mucho su discurso -mucho más aun de lo que ya
han hecho- , termine apoyando aunque sea puntualmente al PSOE. Si todo esto nos
cogiera en tiempo de vacas gordas, el desbarajuste sería soportable, pero en plena
crisis, intentar dar la vuelta a la tortilla es un peligro que a mí,
personalmente, me gustaría no correr.