Tras el minuto de silencio, en el que han participado trabajadores de las organizaciones como Casa Nazaret, Accem (Asociación Católica de Migraciones), Cáritas Diocesana Sigüenza-Guadalajara, Guadaacoge, Manos Unidas, Delegación de Inmigrantes y Delegación de Misiones, Victoria Paccico, de Guinea Ecuatorial, que ha sido la encargada de leer un manifiesto en el que han expresado su malestar por la "fosa en la que se está convirtiendo el mediterráneo" ante la "indiferencia" con la que se está reaccionando.
"Es hora de que Occidente deje de lavarse las manos ante la muerte de tantos inocentes que huyen de sus países por diversas causas como la pobreza, la guerra o el radicalismo terroristas", ha leído Paccico.
En dicho comunicado se ha incidido en la necesidad de "implantar políticas que ayuden al desarrollo de los países de origen, y promover acuerdos que permitan terminar con los conflictos bélicos y actos terroristas. Es una responsabilidad internacional encontrar soluciones a este drama humano", e invitan a toda la sociedad a ello.
A través de esta mujer procedente de Guinea Ecuatorial pero en nombre de todos los inmigrantes y no inmigrantes que hoy pueden vivir con dignidad, han hecho un llamamiento a "mantener viva a sensibilidad ante este problema por personas que asumieron riegos simplemente porque quieren vivir con dignidad y en libertad, personas todas ellas que buscan una vida mejor, buscan la felicidad"
Por su parte, el responsable de ACCEM en Castilla-La Macha, Braulio Carlés, ha incidido en la necesidad de que se movilice la sociedad para "pedir a los dirigentes políticos que se muevan y hagan algo para que esta lacra y vergüenza humana por la que estamos pasando desaparezca, y que todos, vivan donde vivan, puedan hacerlo con dignidad".
"Creemos que es muy grave lo que está pasando. Todas las muertes tienen la misma importancia y las Naciones Unidas tienen que hacer mucho más por tantas muertes de personas excluidas y que tienen la misma dignidad pero que no están siendo igualmente tratados", ha dicho en declaraciones a los periodistas.
En este sentido, ha apostillado que, si bien "es muy grave" como murieron recientemente algunas personas en Francia, lo es igualmente la muerte de "300 o mil en el Mediterráneo, y, como dice el Papa Francisco, el mar sólo sabe cuántas han sido".
La localidad de Sigüenza (Guadalajara) cuenta precisamente con uno de los centros de refugiados de referencia de España, un lugar que alberga a personas procedentes de otros países que han tenido que abandonar por diferentes motivos.
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