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El contable de Auschwitz se declara culpable 'moralmente'

El contable de Auschwitz se declara culpable "moralmente"

martes 21 de abril de 2015, 17:14h
Oskar Groening, el hombre de 93 años que trabajó como contable en el campo de concentración en Auschwitz durante el régimen nazi, ha admitido una "culpa moral" por su labor en estas instalaciones, donde habría colaborado indirectamente en el asesinato de 300.000 personas.
El juicio contra Groening, que tenía 21 años cuando fue enviado a Auschwitz a trabajar en 1942 y que era un entusiasta del régimen nazi, tiene relevancia, entre otros motivos, porque es uno de los pocos acusados del Tercer Reich que sigue vivo y no ha sido aún procesado.

   "En términos morales, mis acciones me convierten en culpable", ha reconocido Groening durante el inicio del juicio en la ciudad de Lunenburgo, en el norte de Alemania. "Comparezco ante las víctimas con remordimiento y humildad", ha declarado.

   Groening, sin embargo, ha dejado en manos del tribunal si debe rendir cuentas por sus actos: "Respecto a si soy culpable en términos legales, ustedes decidirán".

   El excontable de Auschwitz ha asistido a esta primera vista aparentemente calmado y ha revisado documentos mientras la Fiscalía leía los sucesivos cargos que se le imputan. El acusado incluso se rió cuando su abogado pidió al juez que hablara más alto para que su cliente pudiese escucharlo.

Relato del horror

   Los cargos contra Groening se refieren al periodo entre mayo y julio de 1944, cuando 137 trenes con unos 425.000 judíos procedentes de Hungría llegaron a Auschwitz. Al menos 300.000 de ellos fueron llevados directamente a las cámaras de gas, según el escrito de acusación. El régimen nazi mató a unos seis millones de judíos durante el Holocausto.

   Groening ha descrito algunos de estos horrores y ha contado cómo, en su primer día en el andén al que bajaban los prisioneros judíos, vio a uno de sus compañeros de las SS golpear a un bebé contra el vagón porque lloraba. "Me conmocionó tanto. No creo que haya actuado bien", ha dicho.

   El excontable ha asegurado que pidió a su comandante que le trasladase fuera de Auschwitz y ha insistido que no participó directamente en los asesinatos. En este sentido, ha apuntado que sólo presenció una vez las muertes en las cámaras de gas.

   El trabajo de Groening en el campo era recoger las pertenencias de los nuevos prisioneros cuando llegaban en tren y someterlos a un proceso de selección que, en muchos casos, terminaba con muchos de ellos enviados a las cámaras de gas. El dinero o los cheques que pudiesen ser canjeados eran enviados a las oficinas de las SS a Berlín para financiar la campaña nazi.

   El abogado de un grupo de supervivientes y víctimas que ejerce la acusación particular, Jens Lehmann, ha alegado que, "al enviar los cheques bancarios", Groening "ayudó al régimen nazi a beneficiarse económicamente".

   "Por medio de sus acciones, ayudó al régimen nazi a financiarse y apoyó su campaña sistemática de asesinatos", han asegurado los fiscales de Hanover en su escrito de acusación, de 85 páginas de extensión. Por su parte, Hans Holtermann, el abogado de Groening, ha dicho que sus acciones no le hacen cómplice de asesinato y ha subrayado que la justicia alemana ha tomado decisiones en esa misma línea últimamente.

Juicio clave

   Su juicio podría ser uno de los últimos contra el régimen liderado por Adolf Hitler, toda vez que solo unos pocos protagonistas de esa época acusados de crímenes continúan con vida. El caso es también distinto porque Groening, a diferencia de lo sucedido con otros hombres y mujeres que trabajaron para las SS en los campos de concentración nazis, ha hablado abiertamente de su paso por Auschwitz en entrevistas durante años, en parte, según su versión, para contrarrestar la negación del Holocausto.

   El juicio contará con la asistencia de varios supervivientes de Auschwitz que también se han unido a la demanda en su contra y que hablaron este lunes sobre sus expectativas en el proceso.

   "Cuando pienso en el largo periodo de tiempo, los 70 años que han pasado desde que salí de Auschwitz-Birkenau y ahora, este juicio es uno de los acontecimientos más importantes de mi vida", ha afirmado Eva Pusztai-Fahidi, una superviviente de Budapest.

   Hedy Bohm, una superviviente de Nueva York, ha dejado claro que quiere ver a Groening declarado culpable pero no por venganza, por lo que no quiere que pase por la cárcel ahora que tiene 93 años.

   "Aquellos que cometen crímenes hoy deben saber que deberán pagar por ellos en el futuro", ha subrayado. "Y que nunca más podrán argumentar 'Solo era un eslabón de la maquinaria, yo no maté'", ha explicado.
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