San Isidro 2015: De Mora y Morenito repiten triunfo en la cátedra y piden paso en las Ferias

Al buen toreo con las armas que siempre cascabeleó Eugenio de Mora ha unido un poso de clasicismo que da gusto ver. Pero todavía es más destacable su rabioa novilleril para hacerse `protagonista en cuanto sale el bicorne. Y si éste no embiste y huye de los engaños, como el descastado primero, perseguirle ilusionado por todo el ruedo y no perdonarle, una vez fijado en su muñeca prodigiosa ni un muletazo, siempre mandón y en un rodalico de terreno.

Así se inventó una faena ante el que abrió festejo con bellos pasajes al natural y en redondo que calaron en el cotarro,aunque faltó la emoción que se da cuando el burel aporta agresividad. Pero el toledano perdió una oreja bien ganada y trabajada por el mal uso de las armas toricidas. Razón por la que aún salió arreando más ante el cuarto, que recibió con una original mezcolanza de delantales y verónicas majestuosas y después se hincó de hinojos con la flámula en una labor similar.

En la que añadió varios pases de pecho monumentales y eternos, arrebatados y a cámara lenta, y aunque la tizona quedó trasera y desprendida, hubo petición ajustada y el usía la atendió con algunas protestas. No menos entrega mostró Morenito de Aranda, ovacionado y obligado a saludar al deshacerse el paseíllo en recuerdo a su salida a hombros en la goyesca del 2 de mayo. El burgalés, con su acrisolado porte artístico, se fue a portagayola a recibir a su primer enemigo, que le desarmó, aunque sí le permitió veroniquearle con pasión y verdad.

Luego el descastado animal se fue rajando en el último tercio, aunque el de Aranda antes le robó muletazos de sabor y desmayo. La oreja que quería llegó con el otro, un sobrero de El Risco -tras lesionarse el titular de Valdefresno durante la lidia y ser devuelto-, un manso noblón de descaradas e impresionantes guadañas -con el que brilló en los rehiletes David Adalid-, que buscaban al final de cada muletazo. Pero Morenito, firme y seguro, se fue haciendo con él, quizás con menos calibre artístico pero con más interés desde el tendido que vio como cerraba faena con una sinfonía de ayudados antes de enterrar el estoque y sumar otro trofeo.

El mexicano Arturo Saldívar intentó no quedarse atrás de sus compañeros, pero la flojera de fuerzas de su primer enemigo, un sobrero de Hermanos Revesado, le impidió lucimiento. Volvió a intentarlo con ortodoxia en el que echó el cierre al festejo, pero el animal se vino abajo pronto y Saldívar, que brilló variado y vistoso con el percal en los de su lote y en quite en los de Morenito, sólo dejó algún muletazo suelto. El protagonismo fue de sus compañeros, que merecen, además de alguna de las sustitucines en el abono, más, mucho más verse acartelados en el resto de ferias. Y olé.


FICHA DEL FESTEJO
Cuatro toros de VALDEFRESNO, 3º, sobrero de HERMANOS REVESADO, y 5º, sobrero de EL RISCO. Muy desiguales de presentación, mansos, descastados y nobles. EUGENIO DE MORA: ovación tras aviso; oreja con algunas protestas. MORENITO DE ARANDA: ovación tras aviso; oreja tras aviso. ARTURO SALDÍVAR: silencio; silencio. Plaza de Las Ventas, 10 de mayo. 3ª de la Feria de San Isidro. Tres cuartos de entrada.

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