Aguirre firmó su propio final: todos dan por 'jubilada' a la lideresa

Esperanza Aguirre está acabada políticamente. Es la conclusión de la mayoría de medios y analistas políticos, que ciertamente no han esperado a que sea una realidad política cuando haya movimientos internos en el PP nacional y el PP madrileño.

Se dan algunas circunstancias que han hecho que se pueda decir que Aguirre ha cavado su propia tumba. Para empezar, impuso contra viento y marea ser candidata, cuando la cúpula del PP, al menos la parte que controla a duras penas Mariano Rajoy, clamaba por un cambio generacional. Tras el fracaso de aceptación popular de Ana Botella, el PP buscaba un vuelco ciudadano, buscando un candidato más querido en la calle, de ahí que saliera el nombre de la actual vicepresidenta del Gobierno central, Soraya Sáenz de Santamaría. Quizás esta posibilidad estaba muerta desde el principio, porque ante al crisis de apoyo ciudadano, Rajoy no iba a dejar escapar a su mano derecha para ganar la alcaldía de la capital, por muy importante que sea para el partido esta plaza.

Ante esa falta de movimientos de Rajoy, algo que ya es alarmante y que le caracteriza -bien lo saben en Génova-, Aguirre movió ficha y quiso regresar a primera línea de la política pese a haberse retirado en 2012. A todos les preocupó, no sólo a parte de la ciudadanía y la oposición, sino incluso al propio PP. Sin embargo, ella consideró que era la única oportunidad de ganar las elecciones para el PP en Madrid y que así daría ejemplo, marcando el camino para el resto de candidatos.

El domingo se confirmó su fracaso. Su campaña fue una continúa campaña frentista, de lucha contra la candidata de izquierdas, Manuela Carmena, y su estrategia falló estrepitosamente. Llamar 'defensora' de etarras y de Venezuela a la candidata de la plataforma Ahora Madrid le salió el tiro por la culata y Esperanza se hizo ganar las antipatías de los que todavía no tenían ese sentimiento hacia ella, ya que si algo caracteriza a la veterana política es que o se la adora o se la 'odia'.

Ahora la situación en el PP es complicadísima. Hay quien quiere su cabeza, y las declaraciones de ayer de Cristina Cifuentes, que lleva décadas en el PP de Madrid a su sombra y ahora puede sacar pecho de haber logrado mejores resultados que Aguirre en la Comunidad de Madrid, son prueba de que algo se mueve en el PP madrileño. Seguramente reclamarán el relevo, y todos los que confiaban en ella le dan la vuelta ante su fracaso. Rajoy tiene, ahora sí, el camino despejado para ser el candidato a las generales sin que nadie le tosa, porque Aguirre ha quedado desacreditada y debilitada.

En la prensa se piensa igual. Por ejemplo, el diario 'El Mundo' interpreta que "la derrota de Aguirre descose su poder interno". Según este diario, "el entorno de Aguirre ya da por hecho que cederá el liderazgo a Cifuentes". También 'La Vanguardia' habla del tema y resalta que "los resultados del PP en Madrid realzan a Cifuentes frente a Aguirre". Mientras, 'ABC' dice que "dirigentes del PP culpan a Aguirre y la corrupción de la debacle".


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