Paloma Cuevas y Enrique Ponce o cómo resultar miel pura

Me consta que son personas maravillosas los dos. Pero resultan más empalagosos que la miel. Ella siempre tan delicada y perfecta, impertérrita al paso de los años. Él tan correcto... y tan soso. Jamás han dado qué hablar, qué decir, siempre pulcros, como recién salidos de la ducha solo que ella perfectamente maquillada.

Esta semana son portada de Hola por una buena causa, un viaje humanitario. Y posan como son ellos, perfectos, pulcros, educados, etéreos. En una arranque de dar a sus vidas un halo de ciudadanos normales dicen: "Hemos traído a las niñas para que conozcan la realidad en la que viven otros niños del mundo". Muy tiernos aunque les hubiera bastado acercarse a cualquier comedor social de Madrid para verlo más de cerca sin necesidad de cruzar el charco.