El veredicto de las tertulias: las sanciones no evitarán más pitadas como la del sábado

El futbol desata pasiones, está claro. Incluso Antonio Jiménez tuvo que amenazar con cerrarle el micrófono a alguno de sus invitados. El denominador común es que todo el mundo está en contra de la pitada. Faltaría más. También en la inoportuna sonrisa del presidente de la Generalitat, Artur Mas. La división de opiniones está en cómo actuar en casos como este.

Isabel Durán, por ejemplo, es partidaria de suspender el partido. María Antonia Trujillo, en cambio, propone cambiar el nombre del trofeo entre airadas protestas de sus contertulios de El Cascabel.

Alfonso Merlos terció para focalizar la responsabilidad en los inductores de los posibles delitos que en su opinión se cometieron el sábado, insistiendo en el de una presunta “incitación al odio”, y reclamar que actúen jueces y fiscales.

Sin demasiada puntualidad –seis minutos de retraso- Ernesto Sáenz de Buruaga repasó los temas a analizar en Así de Claro, tan exhaustivamente que casi pareció un telediario bis. Su plato fuerte se suponía que era Alfonso Guerra, pero en realidad se trataba de una entrevista grabada con la excusa de un homenaje que recibía esa misma noche el veterano político socialista. Una charla interesante que lo hubiera sido mucho más si el protagonista hubiera estado presente en el estudio frente a los tertulianos de La 1.

Cristina Cifuentes sí compareció en directo pero tuvo que esperar al debate caliente del día, o sea la pitada. Casimiro García Abadillo se quejó de que los que sabían que iba a pasar, en referencia a los clubes, “no hicieran nada” por evitarlo. “Pero lo preocupante, concluyó, es que ya una parte de los catalanes que no quieren estar en España y eso no se arregla con sanciones”. Iván Ayala, profesor de economía, pidió “calma” y cree que se debe prestar más atención a los grupos de corte neonazi que utilizan el futbol como plataforma.

Alfonso Rojo comparó irónicamente a Ayala “con el árbitro del partido” mientras Chani Pérez Henares optaba por criticar la “sonrisa conejil” de Artur Mas y denunciar que se quiera pasar página “con un no pasa nada” cuando ha habido manifestaciones de “odio”.

Hay que dejar constancia de que hubo otra política presente en el estudio, Carolina Punset, portavoz de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana, que recorrió diversas tertulias a lo largo del día. Y como Cifuentes, sin grandes novedades. Tampoco las dio ciertamente Mónica Oltra, líder de Compromís en la Brújula de Onda Cero, que se refugió en lugares comunes para explicar su principio de acuerdo con el PSOE. Alfonso Guerra, entrañable y poco más.

En La Linterna de la Cope también se habló más de pitos que de pactos. Desde Juan Pablo Colmenarejo a Victoria Prego pasando por Fernando Rayón concluyeron al alimón que “no va a pasar nada”, pero recordando que en otros países sí es delito pitar a los símbolos nacionales y se debería incluir en la legislación española, en la que ahora mismo no está tan claramente tipificado. Comentarios que no implicaron precisamente un aplauso al anuncio de Carlos Floriano en esta línea; más bien al contrario. Aquí también se culpó a “décadas de dejación” tanto legales como educativas.