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Etiología, filosofía y consecuencias de los pactos postelectorales

jueves 04 de junio de 2015, 18:00h

En mi anterior articulo trataba sobre las posibilidades con nuestra Ley electoral de resultados de la toma de decisiones en cuanto a los pactos, deseo profundizar en su concepto que podría ser evitado con una Ley electoral que supusiera ganar o perder las elecciones a dos vueltas, pero para eso habría que cambiar la Ley.

Los pactos desde el punto de vista etiológico vienen obligados cuando un partido no consigue la mayoría absoluta, sino una mayor minoría, aun cuando esta sea muy importante como la de Susana Diaz en Andalucía o de Cristina Cifuentes en Madrid, o una minoría corta como la de Ada Colau en Barcelona o bien en la unión de minorías más cortas pero que sumen más que la mayor minoría, ya sea por afinidad, ya por praxis política, como sucedió en las anteriores andaluzas por el acuerdo PSOE-IU.

Un pacto es un Tratado o acuerdo entre personas o entidades, en el que se obligan a cumplir alguna cosa, según el Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

Pactar conjugar es Llegar a un acuerdo personas o entidades para concluir un negocio o cualquier otra cosa, obligándose a cumplirlo: pactar una tregua o ceder una autoridad.

En la actual encrucijada de pactos de municipales y de Autonómicas, este pacto o cesión, viene condicionado por dos hechos, las futuras elecciones generales, a las que concurren por primera vez Ciudadanos y Podemos, mientras que los antiguos PSOE y PP, no quieren perder su hegemonía, y los programas que han publicado estas cuatro formaciones, de forma que no siendo coherentes los programas, además de supercomplejo es difícil pactar, en temas tan variados como Política Fiscal, Empleo, Pensiones, Educación y Sanidad, Modelo Económico, Autónomos y Pymes y Vivienda y desahucios. Con una realidad poliédrica que no solo afecta a al hecho de ser un gobierno Municipal o Autonómico que es más Estado, dadas las transferencias.

Con referencia a las próximas generales, lo que más cuenta es la Imagen que resulte de los pactos, independientemente de su gestión para lo que en cinco meses más o menos no da tiempo a enterarse, ya que se pueden producir fagocitaciones, como le ha ocurrido a Nick Clegg del Partido Liberal Ingles, por los torys de Cameron y eso que han tenido tiempo los votantes para hacerse una idea. Aquí no le hay, y si resulta que el PSOE pacta con Podemos, no solo será un ejemplo de unión de la izquierda o de Frente Popular, sino que uno de los dos será vencedor en imagen, mala para el PSOE pues pierde su centralidad, y mejor para Podemos que consigue no solo la revolución, sino que hace caer al PP como se ha cansado de explicar, cuando este todavía tiene más de 6 millones de votos y más de 5,6 el PSOE.

Los dos grandes partidos se han dejado tres millones de votos y 4.700 concejales, una sangría que afecta principalmente al Partido Popular. La formación encabezada por Mariano Rajoy ha pasado de casi 8,5 millones de votos y 26.500 concejales a seis millones de votantes y 22.750 ediles. En puntos porcentuales, el PP se ha dejado más de diez: el 37,54 por ciento de los votantes españoles que apostaron por estas siglas en 2011 se quedaron el domingo en un 27,05 por cien de los sufragios.

Si el PP ha perdido la confianza de 2,4 millones de españoles en pueblos y ciudades, al PSOE le han dado la espalda más de 670.000, lo que les ha supuesto perder 943 concejales respecto a 2011. Los socialistas se han tenido que conformar con 5,6 millones de votos, 400.000 menos que el PP, y 20.823 concejales.

Esto revela la solidez de ambos partidos a pesar de toda la corrupción y el hartazgo generalizado con la Casta, que se ha pasado a Podemos y Ciudadanos, que no tiene todavía imagen de solidez y que se la juegan cara a las generales, donde lo que se dirime es mucho más importante de lo que se ha jugado el 24 de Mayo.

Podemos puede llegar por si solo a ser lo que IU en su día o bien a recoger votos centristas del PSOE, es decir fagocitarlo, reduciéndole como al PSC a una fuerza marginal, Ciudadanos a ser o no la alternativa al PP, transformándose en un partido de Centro liberal, aunque no quiera, ya que todos intentan ser socialdemócratas, partidarios de la intervención del Estado en todos los planos de la actividad.

Siendo pues un eje fundamental las consecuencias de los pactos en las elecciones generales, no es posible olvidar lo complejo de casar los programas que resultan de PSOE, Podemos e IU (eje de un pacto de izquierdas), lo más sencillo que resulta PP y Ciudadanos, ya sea por pacto explicito o sin comprometerse simplemente absteniéndose para que salga la lista más votada.

Como ejemplo veamos los programas de Empleo que me parece que es uno de los problemas fundamentales a resolver. El PSOE quiere derogar la reforma laboral, un nuevo estatuto de los trabajadores, subida del salario mínimo a 900 euros, Podemos quiere un plan de garantías de rentas mínimas de inserciones autonómicas, y jornada de 35.horas y reforma de los incentivos a la contratación. Naturalmente el famoso plan choca con todos los otros programas. Ciudadanos propone un cheque de formación de 1200 euros para parados, todos los nuevos contratos indefinidos, reducción de cotizaciones sociales para empresas que creen empleo. El PP propone un nuevo modelo de formación para el empleo sujeto a una evaluación permanente. Asesoramiento a parados de larga duración. Colaboración público-privada y protocolos comunes para desempleados. Además quedan los programas de Política Fiscal, Pensiones, Educación y Sanidad, Modelo Económico, Autónomos y Pymes y Vivienda y desahucios. Lo que multiplica el número de combinaciones posibles en forma progresiva casi al infinito. Si a ello añadimos el problema de los Nacionalismos y de la potencial independencia regional, lo complicamos hasta el punto de que hasta Ada Colau, lo tiene difícil, pues ahora no quiere suscribir el pacto con Esquerra, y depende de lo que haga el PSC.

Naturalmente, todo dependerá de la imagen que se consiga de las medidas acordadas. Y del choque con la realidad,. Así ha bastado, que Manuela Carmena se haya entrevistado con el presidente de Bankia, considerándose ya alcaldesa, para que cambie de discurso: Acabar con los desahucios, su medida estrella, no apareció. Se limitó a explicar a José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, su proyecto de Oficina de Mediación Hipotecaria. Un plan que no implica, el fin de los desahucios. Así, canalizará las peticiones de vivienda a través del fondo social de Una medida que ya ha empezado a interiorizarse en el sector financiero. Tras los resultados del 24M, la banca se muestra dispuesta a aumentar el número de viviendas que actualmente conforman este fondo social, como adelantó este medio el pasado 26 de mayo, conscientes de que será una las principales peticiones tanto de Carmena como de Ada Colau. El Fondo Social de Vivienda ha recibido 3.507 solicitudes desde su constitución en 2013 hasta el cierre de 2014, con un incremento el pasado año del 42%. Sin embargo, hasta la fecha sólo se han acogido 1.465 familias, con lo que aún hay 4.535 pisos vacíos. ¡Un sonoro fracaso!. Es el mercado quien manda y no al revés. Cuanta más intervención, peor resultado.

Bernardo Rabassa

Presidente de clubs y fundaciones liberales. Miembro asociado de Alianza Liberal Europea (ALDE). Premio 1812 (2008). Premio Ciudadano Europeo 2013. Medalla al Mérito Cultural 2015. Psicólogo social. Embajador de Tabarnia. Presidente del partido político constitucionalista Despierta.

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