La gesta de El Cid acabó mal, muy mal. Y en el fracaso le acompañó Victorino Martín con un encierro descastado y vulgar, como el toreo del matador, incapaz de campear ni valor. Manuel Jesús se fue en derrota total sin una ovación, salvo la del inicio y la del brindis del segundo toro.
No tiene mérito. Era fácil adivinarlo. O mejor que advinarlo, sostenerlo con argumentos previos con la esperanza de equivocar el pronóstico. Pero no.
El Cid hace temporadas que ya no campea en las plazas importantes, ni siquiera en 'su' Madrid, que olvidó las habituales malas tardes del sevillano en las últimas campañas para tributarle una cariñosa y restallante ovación al deshacerse el trenzado del paseíllo.Era la admiración al héroe que iba a acabar como villano con la faz descompuesta y entre almohadillas.
Y es que, claro, si El Cid no ha triunfado con ganaderías comerciales, menos lo iba a hacer con los de la albaserrada de la divisa azul y roja con la A, que en nada mejoraron a sus 'primos' de
Adolfo un dia antes. Aunque si el responsable del petardo fue
Manuel Jesús, no podemos olvidar la parte de culpa de una corrida feota de hechuras, sin un ápice de sangre brava -
Victorino, quién te ha visto y quién te ve-, y con malas intenciones en la segunda parte por el peligro que llevaban, sí.
Pero también por la falta de recursos y valor de su matador, pues ninguno de los bicornes fue unade esas alimañas otrora características e inevitables en cualquier corrida de este hierro, cuando también se sorteaba algún bicho de los que humillaban cual el más arrepentido de los pecadores humanos y facilitaban el triunfo grande.
Es justo y necesario valorar brevemente la tarde oscura del sevillano toro por toro, aunque el borrón fue en conjunto. Y empezó a fraguarse en el anovillado primero, manso como todos y rebrincado como casi todos, pero noblón y que comenzó metiendo la fosca carota, lo que sirvió al coletudo, una caricatura, para festonear algún redondo y algún natural -¿dónde está la otrora mejor izquierda (taurina) de España, dónde'- con cierto empaque. Briznas. Volutas.
El siguiente, sin presentar grandes problemas, se paró pronto sin que El Cid labrara nada destacable. Con el tercero prefirió pegarse el arrimón buscando una emoción que el animal no llevaba. El festejo apuntaba hacia el despeñadero y la segunda parte, con los victorinos añadiendo más peligro, fue ya el hundimiento. Porque el mitin en banderillas de los subalternos fue bochornoso -
David Pirri fue herido- y el animal se puso brusco sin que su matador intentara lidiarlo decentemente.
De similar comportamiento fue el quinto, que al ver la muleta de su verdugo retrasada se le coló dos veces, motivo por lo que el de Salteras decidió abreviar. Peor fue su labor con el sexto, con el que se lució a caballo
Tito Sandoval, porque dentro de sus problemas galopaba de largo y era un toro para apostar a cara o cruz. Lo que ni se le pasó por la cabeza a un Cid ya derrotado que volvió a encimarse, un terreno en el que el bicho se defendía.
Era la cumbre del fracaso casi anunciado en lo que parece la ruptura total de relaciones entre El Cid y la cátedra venteña. Un fracaso en el que, se insiste, no hay que olvidar la imprescindible compliciad de Victorino. Dos malas noticias para la Fiesta con dos de sus más legendarios banderines de enganche.
Ficha del festejoToros de
VICTORINO MARTÍN, en general sin trapío, con 1º y 4º chicos; todos mansos y descastados; los tres últimos con peligro; todos flojos.
MANUEL JESÚS 'EL CID': silencio; silencio;silencio; pitos; pitos; pitos y bronca de despedida. Plaza de Las Ventas, 5 de junio. 29ª de Feria. Lleno. Incidencias. El subaterno
David Saugar 'Pirri' fue atendido en la enfermería de herida en región axilar derecha, con una trayectoria de 15cm, que contunde paquete vasculonervioso axilar. Pronóstico menos grave.
-Crónica del festejo anterior: oreja para Escribano, muletazos de oro de Urdiales y decepcionantes 'adolfos'
Si (
No(
A favor (
En contra (
