"El populismo es un obstáculo para Latinoamérica"

Los ex presidentes de México, Perú y España, Vicente Fox, Alejandro Toledo y José María Aznar, señalaron al populismo como un obstáculo para el desarrollo democrático, económico y social en Latinoamérica. Toledo señaló que si la región es incapaz de reducir la pobreza, de integrar a los pobres en el proceso productivo, entonces se corre "el riesgo de contribuir aún más a un terreno ya de por sí fértil para el surgimiento del populismo autoritario e irresponsable".

Durante su intervención en un debate sobre el papel del sector privado en la competitividad de América Latina, dichos ex mandatarios se refirieron al fenómeno del populismo como método "erróneo" para el progreso de la región.
Fox recordó que la región ha pasado buena parte del siglo XX en manos de dictadores.

Al respecto agregó que América Latina ha logrado corregir su camino, pero, advirtió, "desafortunadamente hay algunas nubes en el panorama" y señaló que "algunos" vuelven para vender "ideas obsoletas del socialismo del siglo XXI".

A su juicio, la región tiene que estar "muy atenta" a cómo se desarrollan estos fenómenos y en qué dirección se mueven.

Fox también se refirió al caso de Venezuela, al decir que "el petróleo es un regalo de Dios para algunos países y un regalo del diablo para otros. El petróleo crea gobiernos autoritarios", recalcó.

En cuanto a los acuerdos comerciales de la región con Estados Unidos, Fox criticó la postura de algunos congresistas que se oponen a los tratados con Colombia y Panamá.

"La economía estadounidense nos ha enseñado y convencido a abrir nuestros mercados y que los tratados comerciales son buenos para nosotros (...), pero ahora el campeón de la apertura, el adalid de la globalización se echa para atrás y erige muros, muros que no funcionan y esta nación lo sabe", afirmó.

Por ello, Fox instó a Estados Unidos a "prestar atención a América Latina, al multilateralismo y a "no seguir con su política de intervencionismo y guerra en otros países y a construir los puentes" que necesita la región.
"Trabajemos juntos", agregó.

Por su parte, Aznar afirmó en su discurso que "la autoridad debe ser producto de reglas que ha aceptado todo el mundo y no al revés".

También señaló que las expropiaciones o nacionalizaciones de recursos en América Latina tienen un "enorme" efecto negativo para las inversiones extranjeras.
Para Aznar, América Latina tiene que ser un actor activo e integral "de una parte del mundo" a la que se le llama "Oeste", una comunidad con valores compartidos, mercados abiertos, un comercio global y principios democráticos.

Según el ex mandatario español, la prosperidad en Latinoamérica es consecuencia de la libertad, porque el bienestar requiere "libertad de decisión, de iniciativas, de correr riesgos y de la elección de los ciudadanos y no del Estado", subrayó.
Aznar indicó que las empresas "tienen una responsabilidad social en América Latina" y dijo que la región tiene que luchar contra la corrupción.

"Una economía sostenida requiere disciplina macroeconómica, respeto a los contratos y apertura hacia el mundo exterior, así como seguridad jurídica, que es una condición 'sine qua non' para la prosperidad", destacó.

Al igual que los otros ex presidentes, Aznar instó a los actores políticos y económicos a apoyar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Colombia: "Todos los líderes deberían ayudar en estos momentos a Colombia", dijo.

Por su parte, el ex mandatario peruano Alejandro Toledo señaló que si la región es incapaz de reducir la pobreza, de integrar a los pobres en el proceso productivo, entonces se corre "el riesgo de contribuir aún más a un terreno ya de por sí fértil para el surgimiento del populismo autoritario e irresponsable".

No obstante, Toledo se mostró optimista sobre el futuro de América Latina, aunque en el horizonte hay "desafíos reales".

"Tenemos que construir instituciones democráticas fuertes, que funcionen para los ciudadanos y para los empresarios; tenemos que invertir más en la educación ahora que tenemos el dinero", dijo.

"Eso requiere la valentía de hacer lo que algunos populismos no hacen: invertir en algo que no te trae ventajas políticas a corto plazo. Eso es la diferencia entre un político y un líder: el poder pensar en la próxima generación", concluyó.