El arzobispo de Toledo destaca la "valentía" del Papa en su Encíclica y que apunte "soluciones concretas"

"La valentía del Papa es que --indica- que o cambiamos todos nuestro hábitos, sobre todo los que tienen más posibilidades, o de lo contrario se vuelve contra nosotros", ha señalado en declaraciones a los medios tras presentar en Toledo esta nueva Encíclica.

De este modo, ha explicado que el Papa habla "de cosas sublimes" pero también "sencillas" como que "un consumismo absoluto lleva a que las fuentes de las energía se estropean". Así, ha añadido que Francisco pide que hay que reaccionar desde la educación.

La "tremenda" competitividad del ser humano

"Eso es lo difícil, porque hemos acostumbrado a nuestros niños a tener demasiadas cosas, que no es que sean malas en sí, pero en el fondo hacen que el ser humano crezca en una competitividad muy tremenda", ha señalado el arzobispo de Toledo.

Sobre asuntos como el aborto, Rodríguez ha indicado que el Papa no lo "trata directamente" en su Encíclica, aunque ha añadido que si "hace alusión a que no es cuestión de que los problemas se solucionan con una reducción drástica de la población y, por lo tanto, eso tiene que ver con el aborto". "También habla el Papa de los desplazamientos humanos y ahí sí que hay un problema serio porque la gente si no tiene dónde comer tiene que ir a otro lado", ha apuntado el Primado de España.

"Un problema global"

Como síntesis, ha señalado que, respecto al medio ambiente, el Papa destaca en su encíclica que "no se puede quedar reducido a unos esfuerzos de algunos técnicos y actividades, sino que tiene que ser un problema global en el que participe todo el mundo".

"Aprovechando su autoridad moral ha hecho un llamamiento a los que tienen los poderes en el mundo porque no se trata de un problema únicamente medioambiental que afecta a los animalitos, sino al centro de la creación, que es el ser humano y donde radican los problemas y las soluciones", ha señalado.

Al mismo tiempo, ha señalado que el Papa tiene "una clara mirada" hacia poblaciones de África, América y la grandes ciudades de occidente porque "las buenas o malas prácticas repercuten sobre los que tienen menos posibilidades: los más pobres y que están en la cuneta de la vida", ha concluido.