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‘Fortune Cookie’ la emoción a flor de piel en un celebradísimo reencuentro de José Manuel Mora (autor) y Carlota Ferrer (directora)
(Foto: Teatro Valle Inclán)

‘Fortune Cookie’ la emoción a flor de piel en un celebradísimo reencuentro de José Manuel Mora (autor) y Carlota Ferrer (directora)

martes 23 de junio de 2015, 16:30h
En las dos últimas semanas ha podido verse el estreno de ‘Fortune Cookie’ en el Teatro Valle Inclán, obra de José Manuel Mora, condirección de Carlota Ferrer, del queya pudimos ver un taller previo de investigación teatral, en el proceso de creación de la obra y cuyo resultado final ha superado con creces lo entonces apuntado (http://www.diariocritico.com/ocio/teatro/critica-de-teatro/fortune-cookie/476569).

Carlota Ferrer ha querido, desde el principio del montaje de ‘Fortune Cookie’, que el espectador tenga una experiencia teatral única, inolvidable, intensa y profunda en donde las emociones y la intensidad transiten de un extremo a otro, del amor al dolor, del placer al deseo insatisfecho, del juego al negocio, de la vida a la muerte, y que todos ellos los vaya sorteando -como si de un inmenso tobogán se tratase- como buenamente le permitan tantas, tan intensas y tan contradictorias emociones. Damos fe de que la directora madrileña ha dado de lleno en la diana de sus deseos.

El argumento de ‘Fortune Cookie’ es complejo, intrincado, sinuoso, paralelo, plural y fascinante. Es como un caudaloso río de vida que fluye durante unos 90 minutos por escenario y vida de los personajes que lo pueblan. La historia comienza con Rosalba (encarnada por Esther Ortega), una distribuidora teatral de mediana edad, que intenta vender una función llamada «Fortune Cookie» a través del teléfono, en conversación a varias bandas con sendos interlocutores: “La sintaxis gramatical y la ortografía -dice Rosalba- son fundamentales a la hora de ver un espectáculo... Ahí no hay punto, porque punto hace una oración y ‘Fortune Cookie’ no es una oración. Ahí no hay verbo...

Yo cuando leí la obra anterior de este autor, ‘Los nadadores nocturnos’ -que sabes que hemos ganado el Max de teatro...-, le dije a la directora: ¿Esto qué es...? Y, sobre todo, esto, ¿cómo se dice?... Porque es el texto lo que os afecta a vosotros, programadores, pero es que luego vi lo que hicieron y a mí me provocó una emoción muy grande y luego, claro, tomándonos un gin tonic, yo le dije: ¡quiero vender este espectáculo! Y todos los que hagáis a partir de ahora... Fácil, nunca será fácil, porque no podemos pensar que tenemos entre manos ‘El crédito’, de Jordi Galcerán, y pedir doce mil euros... No podemos. Pero hemos de tener fe porque lo vuestro, por siete mil euros está muy bien... Perdona, pero me llaman por la otra línea...”.

El teatro, la vida, se confunden desde el primer minuto de ‘Fortune Cookie’ y lo metateatral la atravesará también de principio a fin. Lo que pretende de verdad Rosalba es volver a encontrarse con un antiguo novio (en la realidad, David Picazo), un carnicero al que finalmente encuentra pero convertido en espectro. Conversa de estos y otros mil íntimos anhelos con el autor de esa obra en construcción (Joaquín Hinojosa), que no sabe por dónde tirar para acabar de cerrar el argumento. Entre tanto, decide dar sentido a su vida adoptando una niña china. Esa circunstancia le hace cruzarse con Mao Lee (representado por Alberto Jo Lee, un estupendo actor de origen coreano y con un español perfecto), un vendedor clandestino de retrovirales, productos perseguidos por quienes pretenden mantener relaciones sexuales sin peligros de contagio, que a la vez resulta ser un experto en artes marciales y seguidor avanzado del taoísmo. El deseo del autor acaba haciéndole llegar hasta Xirou Tiang, una joven china embarazada (en realidad, Alba Celma), que sobrevive como puede en un vertedero de Pekín. Pero también sus vidas se entrecruzan con un exorcista, y con un funcionario que pone muy caros los visados... (David Picazo adopta también esta identidad).

Los deseos ciegamente perseguidos, las pasiones febrilmente anheladas, las pulsiones sexuales, la paternidad o maternidad no llevadas a término por causas muy diversas, el deseo, la búsqueda, la frustración..., todos estos sentimientos, y muchos más, se concentran en una obra, ‘Fortune Cookie’, repleta de emociones que, como a Rosalba, pueden hacer decir al espectador “¿qué es esto?, ¿de qué va la historia? Para terminar inmediatamente convenciéndose de que eso es lo de menos, de que lo importante es que, sin darse cuenta, se ve metido de lleno en ese maremágnum de emociones del que no le gustaría salir nunca. Y eso, al fin, es justamente el teatro. Esa es la única forma de permanecer eternamente zambullido de vida, de pasión, de emociones...

Los actores, sin excepción ni matiz en favor de ninguno, están sencillamente magníficos en sus papeles respectivos. Todos ellos tienen su tiempo en la historia entrecruzada con los demás personajes, y se lucen extraordinariamente en cada uno de sus monólogos y diálogos:Joaquín Hinojosa, el Autor, lleno de experiencia y matices; deliciosa Esther Ortega, una Rosalba tan fuerte como frágil; sorprendente la fuerza interpretativa de Alberto Jo Lee, interpretando a ese implacable Mao Lee; David Picazo borda a Ildefonso, al exorcista y al funcionario; y Alba Celma, dibuja con la sensibilidad milenaria necesaria a esa mujer china embarazada, y se marca un baile excitante para un apoteósico final a un ‘Fortune Cookie’ que sella nuevamente la que puede ser una alianza revolucionaria del teatro español del siglo XXI: la de Carlota Ferrer y José Manuel Mora.

Y no sería justo acabar esta crítica sin subrayar también el espléndido trabajo en la escenografía (un paisaje nevado, a base de plumas blancas extendidas por todo el escenario) de Mónica Boromello y Alessio Meloni; Ana López en el diseño de vestuario; José Espigares en el diseño de la iluminación; y Pedro Gato en las fotos y vídeo.

Un trabajo concienzudo, global, minucioso y ubérrimo de emociones para el espectador que no debería dudar un instante en acudir a ver, incluso más de una vez, el trabajo de todo el equipo de ‘Fortune Cookie’, en la seguridad de que no saldrá defraudado del encuentro.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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