Ganemos reclama una ley para erradicar la discriminación y las agresiones a la comunidad LGTB

El Grupo municipal de Ganemos celebra que finalmente se hayan sumado a este acto todos los grupos y que por primera vez en el Ayuntamiento de Albacete vaya a ondear la bandera del arco iris, símbolo de la comunidad LGTBI, ya que “es una forma de visibilizar el respeto a los derechos de una comunidad que sigue siendo víctima de insultos, agresiones y vejaciones en diferentes escenarios, como es la escuela, el ámbito laboral o los espacios públicos”, ha señalado la concejala Mª José Simón.

A modo de prueba la concejala de Ganemos Albacete se ha referido a los datos del Ministerio del Interior, en los que se recoge que en el 40% de los delitos de odio la causa fue la orientación sexual o la identidad de género de sus víctimas.

“Ante esta situación, está claro que a pesar de los avances conseguidos, todavía persisten conductas y actitudes hostiles hacia las personas que manifiestan abiertamente su diversidad afectivo-sexual, lo cual evidencia la necesidad de seguir impulsando cambios y políticas que contribuyan a erradicar prácticas que obstaculizan la igualdad real y efectiva del colectivo LGTB, y que inevitablemente pasan por modificar la legislación a nivel nacional para que la protección sea igual en todas las comunidades autónomas”.

Contexto internacional

Ganemos Albacete ha hecho una llamada de atención sobre la situación en un 78% de países, en donde aún se persigue a las personas LGTB, citando a modo de ejemplo los asesinatos que han tenido lugar en Irak y Siria al arrojar a las personas desde un edificio para luego ser lapidadas.

“Este tipo de crímenes hay que denunciarlos estemos donde estemos, de igual forma que tenemos que exigir al respeto de los derechos humanos en cualquier rincón del mundo”, ha indicado Mª José Simón.

Ganemos Albacete también está a favor de que se reconozca la libertad individual en lo que a la identidad de género se refiere y deje de considerarse la transexualidad como una enfermedad, ya que la Ley de Identidad de Género aprobada hace 8 años deja fuera a menores y a personas inmigrantes y además requiere un diagnóstico médico de la patología.