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El autor de la decapitación en Francia asegura que sólo quiso matar a su jefe y que no fue un atentado yihadista

El autor de la decapitación en Francia asegura que sólo quiso matar a su jefe y que no fue un atentado yihadista

> La Fiscalía no le cree y usará de prueba su fotografía con el cadáver y banderas con inscripciones

martes 30 de junio de 2015, 14:24h
Yasin Salhi, el autor confeso del atentado del pasado viernes en el este de Francia, actuó según métodos que "corresponden exactamente" a los del grupo terrorista Estado Islámico (EI) para obtener la "máxima repercusión", indicó hoy el fiscal de París François Molins, pese a que él ha intentado librarse de las penas por terrorismo aduciendo un asesinato por venganza laboral hacia su jefe, a quien decapitó.
"La decapitación es un modo operativo habitual de esta organización terrorista", aseguró Molins en rueda de prensa, y se mostró convencido del móvil islamista del ataque de Salhi, que decapitó a su jefe para, posteriormente, tratar de volar una planta química en Saint-Quentin-Fallavier, a pocos kilómetros de Lyon.

El fiscal no dio ninguna credibilidad a las alegaciones del detenido, quien, después de negarse a declarar durante 24 horas, rechazó toda motivación terrorista y confesó que había cometido el asesinato tras una discusión que mantuvo días antes con su jefe.

Sin embargo, tras decapitarle, el sospechoso se fotografío junto a la cabeza y la rodeó de banderolas con inscripciones musulmanas, antes de colgarla en una de las verjas de la planta contra la que intentó atentar y donde trabajaban en ese momento 75 personas.

"Tras orquestar esta macabra puesta en escena, lo primero que hizo fue enviar la foto a un número localizado en Siria que corresponde a un individuo francés miembro del Estado Islámico con quien estaba en contacto regular", relató el fiscal.

Molins calificó la tentativa de volar la empresa como un "gesto criminal premeditado" que "recuerda a una operación mártir" y señaló que resta por determinar si Salhi cortó la cabeza de su jefe cuando ya estaba muerto.

El fiscal también confirmó que el sospechoso, de 35 años y padre de tres hijos, residió durante 2009 y junto a su familia en Siria, donde frecuentó una escuela coránica con el pretexto de aprender árabe, dos años antes de que estallara la guerra civil en ese país.

Previamente, y desde 2002, Salhi había viajado en repetidas ocasiones a países árabes, aunque Molins no quiso ampliar los datos puesto que los investigadores siguen sin encontrar su pasaporte y el detenido "alega amnesia" para no proporcionar más detalles.
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