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CIE, cárceles camufladas

miércoles 01 de julio de 2015, 10:15h

Es posible que usted no sepa lo que es un CIE como no lo saben, por ejemplo, la mayor parte de los estudiantes de Derecho. Legalmente, los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) son establecimientos no penitenciarios donde se ingresa cautelarmente a extranjeros que están pendientes de que se les expulse a su país, mediante una orden judicial y, en ocasiones, también para casos de devoluciones o denegación de entrada al país. Son, deberían ser, lugares de paso, de estancias cortas, donde los extranjeros no están detenidos ni deben estar privados más que del derecho de circulación ambulatoria.

La realidad es muy diferente. Se parecen más a una cárcel que a otra cosa y los que esperan su expulsión, a veces durante 60 días, sufren prácticamente las mismas limitaciones que los presos. Hay celdas con rejas y llave. Están juntas personas que han cometido algún delito y otras que sólo carecen de papeles. No cuentan con intérpretes ni traductores, por lo que muchos no pueden hacerse entender. No hay servicio médico permanente ni protocolos para detectar enfermedades contagiosas. En ocasiones, hay menores y personas vulnerables, sin la debida protección. Hay mujeres que no pueden bajar a un patio separado del de los hombres. No hay información oficial que permita disponer de datos fidedignos del funcionamiento de estos centros de reclusión, verdaderas cárceles camufladas. La opacidad y la falta de transparencia de los responsables son casi totales. El Defensor del Pueblo, la Fiscalía de Extranjería, muchos abogados, la Subcomisión de Extranjería del Consejo General de la Abogacía Española y algunos jueces han denunciado, con un éxito descriptible, las deficiencias, y, aunque se ha avanzado con el Reglamento aprobado en 2014, la situación sigue siendo impresentable en un Estado de Derecho.

Por primera vez se dispone de una radiografía de los Centros de Internamiento existentes en España. No la ha hecho el Ministerio del Interior, sino los alumnos de Derecho de cuatro Clínicas Jurídicas –espacios de formación teórico-práctica donde se conectan la realidad social y jurídica- de cuatro Universidades, ICADE-Comillas, Valencia, Barcelona y Valladolid, para la ONG “Pueblos Unidos-Servicio Jesuita a Migrantes”. Como Interior no les facilitó los datos, los han tenido que buscar sobre el terreno, con ONGs y Observatorios de Derechos Humanos, entrando en los CIE acompañando a un juez o de otras maneras. Con claras deficiencias, dadas las dificultades. La conclusión final confirma que son cárceles camufladas, sin garantías penitenciarias, para personas que, en muchos casos, no han cometido ningún delito. Una vulneración de los derechos humanos.

El informe propone mejoras legislativas y fácticas, de funcionamiento y de transparencia. Algunas se podrían acometer inmediatamente, otras requieren la voluntad efectiva de respetar los derechos humanos. Nada justifica una situación que han tenido que denunciar jóvenes universitarios. La única manera de combatir esta denuncia es con datos, con transparencia, con información. La esperamos.

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