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Noviembre está a la vuelta de la esquina

miércoles 15 de julio de 2015, 09:43h
Normalmente en todas las redacciones de los medios informativos el mes de julio era un prolegómeno de la adormidera de agosto, es decir, un mes en el que los periodistas nos dedicábamos a proyectar las páginas de verano, ya saben, ese cuadernillo que incluye reportajes de playas, fiestas, gastronomía, algo de cultura, gente del corazón, pasatiempos varios y algún relato veraniego con el que entretener al personal y que se ponía en marcha el último fin de semana de julio hasta la primera quincena de septiembre. Ya saben que agosto en España es un mes perdido, un mes en el que los funcionarios de las diversas administraciones públicas desaparecen, en el que cierran comercios, bares, restaurantes, estancos, puestos del mercado, kioskos de prensa y en el que comprar el periódico o echar la lotería primitiva supone toda una odisea.

Pues por extraño que parezca y aunque este mes de julio nos esté asando a todos a fuego lento como en una barbacoa, el dispositivo informativo de las redacciones sigue a pleno rendimiento como si fuera primavera. Las pasadas elecciones de finales de mayo y el cacao que se ha formado con la irrupción de las llamadas nuevas fuerzas ha forzado a los dos partidos mayoritarios a ponerse las pilas en previsión de lo que se le puede venir encima en las elecciones generales de noviembre. PP y PSOE no se van a ir de vacaciones este año y se van a quedar de guardia en sus guaridas de Génova y Ferraz con el fin de preparar un inicio de temporada que se abrirá con las elecciones plebiscitarias catalanas convocadas por Mas en septiembre.

Para colmo ha estallado la crisis griega que amenaza con prolongarse durante todo el estío copando portadas y poniendo los huevos de corbata a más de un podemista que había puesto el ejemplo de Syrirza y Tsipras como el espejo donde tenía que mirar la Europa de los pueblos para sacudirse el yugo de la troika que domina el mundo económico guiada por la falaz mano derecha de la alemana Angela Merkel. Dado que el mito de Tsipras se ha derrumbado de la noche a la mañana como un castillo de naipes, los pabloiglesias, los lepenes, los grillos y sus colegas de toda Europa se han quedado huérfanos de referencias y solo les queda como mal menor acusar en sus twits a la troika y a los gobiernos de la UE de chantajistas e insolidarios. Vamos a ver, que yo sepa, el rescate de cincuenta mil millones de euros no lo ha impuesto nadie sino que lo ha pedido el Gobierno griego porque debe hasta de callarse. Y claro, si tú vas a un banco y pides un crédito, el banco te impone unas condiciones que, esta vez, no están en letra pequeña como las preferentes, sino en mayúsculas bien grandes para que Tsipras y los de Syriza las entiendan bien de una vez por todas. Por cierto, que de esa pila de millones, a los españoles, a usted y a mí, nos corresponden unos quince mil millones que les vamos a prestar a los griegos. Tal y como está nuestra economía, sería conveniente que algún día, mas temprano que tarde, nos los devolvieran aunque mucho me temo que van a volar por el cielo de la Hélade y desapareceran como ya han desaparecido los más de doscientos mil prestados en el primer y segundo rescate griego.

Como dice el dicho, bien está lo que bien acaba y los españoles, que somos tan tontos como para seguir confiando en estos cantamañanas del de la coleta, deberíamos de haber aprendido la lección griega para no hacer de nuevo el burro y tropezar dos veces con las misma piedra. Aunque parezca lejano, noviembre está a la vuelta de la esquina y esta vez sí, nos enfrentamos a unos comicios que pueden ser trascendentales para nuestro futuro inmediato y el nuestros hijos. Más nos vale atarnos los machos y meditar con cuidado la papeleta que vamos a echar en las urnas porque podemos, nunca mejor dicha la palabra, acabar en un corralito del que, desde luego los griegos no nos van a poder sacar por muy amigos que sean Tsipras, Pablo Iglesias y el del Monedero.

P.D.-A primeros de la década de los 70 cuando llegue a Madrid para cursar Periodismo, entré interno en el Colegio Mayor San Juan Evangelista, El Jhonny, en el que residí durante los cinco año de la carrera. Allí disfruté de una serie de compañeros que me ayudaron a la formación integral como persona y de numerosos eventos culturales (jazz, teatro, música, flamenco, arte, cine, literatura, etcétera) cuyas diversas aulas programaban. Allí vi el último concierto de Camarón y el primero de Carlos Cano, allí contemplé a La Cuadra de Távora y Quejío. Allí nació mi afición al cine, mi devoción por Ford, por Welles, Hitchcock, por Chaplin, por Einsestein, por Visconti, por Bergman, por Reed, por Buñuel y de allí también fui desalojado a palos por los grises en busca de propaganda y miembros del extinto FRAP. Pese al esfuerzo de unos cuanto ex colegiales, el San Juan, sin financiación alguna, cerró sus puertas. Tras su cierre por Unicaja, el Jhonny ha sido okupado ahora por todo tipo de personajes de toda clase y condición. Se pone fin así a toda una institución estudiantil que durante muchos años fue el espejo en el que se miró buena parte de la progresía de este país.y el faro de libertad que iluminó el campus de la Complutense durante varias décadas del final de la dictadura. Descanse en paz.

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