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Bailar con la más fea

Por Gabriel Elorriaga F.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
lunes 17 de agosto de 2015, 10:08h

Preconizada, ensayada y precocinada, la combinación PSOE-“PODEMOS and Company” ha dado la medida de su precariedad en el Ayuntamiento de Madrid. Allí la alcaldesa minoritaria apuntalada por el concejal Carmona –según el plan de Pedro Sánchez- no tiene otro pedestal homogéneo para mantenerse en su sillón que el que le da la ley que impide la presentación de una moción de censura durante el primer año de gestión. Plazo suficiente para demostrar que es una buena tía para sus sobrinos y sus okupas y una calamidad para el resto de los habitantes de la capital.

El concejal Carmona y sus adictos fueron desplazados de su primacía por la concejala Causapié y su tropa. La causa del pie cambiado fue enigmática, lo que permite toda clase de cábalas sobre el comportamiento futuro de la base corporativa que mantiene en su sillón a esta bondadosa tía contra la preferencia por la cabeza de la lista más votada como interpretación más natural de los resultados electorales.

Pero parece más que probable que Carmona y Causapié solo sean dos pies del mismo bípedo y que, en términos estrictamente municipales, coincidan en que su deber inexcusable es apoyar a Carmona, con sus sobrinos y el séquito “podemita” hasta que, en la sede de la calle Ferraz no decidan otra cosa, soportando a toda costa la inestabilidad e incompetencia que respira el Ayuntamiento madrileño, hasta conseguir si es posible elevar el método a los más altos niveles del Gobierno de España, cargándose de una sola atacada la solvencia, experiencia y seguridad que significa para los españoles no depender de los caprichos de pactos “anti PP” cosidos con hilos frágiles, inspirados en la doctrina de que es mejor bailar con la más fea con tal de salir a la pista de baile. La realidad es que no sabemos, en términos municipales, si Carmona y Causapié son un solo cuerpo con dos cabezas o dos cuerpos sin cabeza manejados desde Ferraz, como Mari Carmen y sus muñecos maneja a sus títeres. Porque, para distinguirse entre sí, Carmena y Carmona solo tienen una serie de variantes que explican incompatibilidad sicológica en terrenos que no tienen nada que ver con los intereses vecinales de los madrileños:

-Causapié está más próxima a los colectivos de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (L.G.T.B.) y Carmona a las mesas de tertulianos.

-Carmona es más amigo del extinto Tomás Gómez que la nueva secretaria del PSOE madrileño, Sara Hernández y Causapié es más amiga de Sara Hernández que de Tomás Gómez.

-Causapié pudiera ser más devota del estilo de Pedro Sánchez y Carmona del de Susana Díaz.

Son tres razones vergonzantes para comprender la poca seriedad con que se toma la gestión municipal de la capital de España. Si estas tres razones valen para conmocionar la base corporativa de un municipio, ya sabemos lo que puede pasar si, algún día, se plantea asuntos de Estado a este bajo nivel de rifirrafe partidista. Si se mantiene el afán de bailar con Carmena, a pesar de los graves síntomas de incompetencia y descrédito que se manifiestan, la realidad pone a la vista el error estratégico de Pedro Sánchez comprometiéndose prematuramente con populismos antisistema o con quien haga falta.

La razón por la que Pedro Sánchez mantiene abierto su carné de baile es porque cree tener una capacidad de pacto más amplia que la del Partido Popular y que en ello reside su única oportunidad de llegar a la Moncloa a toda costa. Esto significa reconocer que tiene muy escasa posibilidad de ser preferido por el pueblo. La mayor capacidad de pacto solo es un valor aparente que disfraza una desventaja real. Es evidente que, sumando todo un mosaico de minorías parlamentarias se puede llegar a constituir una suma de perdedores en que socialistas, populistas antisistema, separatistas y cualquier otro invento acomodaticio dispuesto a bailar puedan abortar una candidatura más homogénea y promover cualquier fórmula aritmética, presidida por el tal Sánchez, aunque sea un tinglado incoherente. Pero esa cosa no supone gobierno eficaz sino un monumento a la ingobernabilidad. Sánchez ofrece al pueblo lo que más daño e inquietud puede darle: inestabilidad, inseguridad e impotencia. Un regalo envenenado a los españoles a cambio del gusto efímero de una salida a la pista bailando con el monstruo de Frankenstein.

La menor capacidad de pacto del PP es, por el contrario, su aval de garantía. El límite no está en la voluntad de pacto sino en la seriedad de los acuerdos. No se puede pactar con la inestabilidad, con la parálisis y la improvisación. Lo que está fracasando en un Ayuntamiento no debe suceder en España. El porvenir de una gran nación no puede depender de que un apuesto Pedro Sánchez esté dispuesto a bailar por turno con todas las desemparejadas de la fiesta la contradanza del contraPP. Un aquelarre feo, inseguro y confuso como porvenir postconstitucional

Gabriel Elorriaga F.

Ex diputado y ex senador

Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.

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