Fran Rivera posa con su mujer y su hija recién nacida

Era más que obvio que esa portada iba a suceder. La de Fran Rivera cobrando exclusiva por el nacimiento de su hija. Luego se queja de que hablan de su vida privada cuando él es el primero que se expone…a cambio de dinero. La verdad es que la niña es, sencillamente, preciosa. Y las circunstancias que rodearon a su nacimiento no podrían haber sido más inolvidables.

Parece lógico, entonces, que, si a un nacimiento se une la emoción de una nueva vida, si a este le añadimos que su padre por poco no lo ve…dicha emoción se triplica. Y es que, tal y como dice el torero, el ángel de la guarda que tiene esta vez lo ha bordado. Y así ha sido. No solo no se murió sino que le dio tiempo, tan 5 días después, a ver nacer a su hija. Ya le puede dar gracias a Dios, la verdad.