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Las “ventanas rotas” de Azuqueca

martes 01 de septiembre de 2015, 20:24h


La teoría sobre las ventanas rotas data de 1969, cuando el psicólogo y profesor de la Universidad de Stanford, Philip Zimbardo, realizó el siguiente experimento: Colocó un coche en una de las calles del Bronx en Nueva York, con las matriculas arrancadas y sus puertas abiertas. Su objetivo era saber qué ocurriría. Pasados tres días no quedaba nada del coche, lo habían destrozado.

Esta investigación tenía una segunda parte; de nuevo abandonó un coche, pero esta vez en las lujosas calles del Palo Alto, en California. En el trascurso de una semana el coche permaneció intacto, pasados estos días, golpeó parte de la carrocería con un martillo, y a las pocas horas, el coche estaba destrozado como el del Bronx.

De aquí nació la “Teoría de las ventanas rotas” de James Wilson y Georde Kelling, quienes afirmaban que si un edificio aparece con una ventana rota, no tardarán nada en destrozar el resto de las ventanas. Y ahora ustedes se preguntarán ¿qué tiene que ver esto con Azuqueca? La respuesta es muy sencilla. Azuqueca está abandonada, y este abandono confirma la mencionada teoría.

Si en un solar se acumula basura, algunas personas pensarán que “se puede” y continuarán haciéndolo. En Azuqueca, el estado actual que presenta el Ferial es este: Cuadros eléctricos abiertos con el bastidor desencajado, sumideros sin rejillas metálicas, contenedores de basura abarrotados sin recoger, el almacén de vallado de encierros abierto, restos de botellones, en la Plaza 3 de Abril existen siete maceteros de tamaño considerable sin plantación, solado roto y chapados de piedra desprendidos, alcantarillas hundidas o salientes, que provocan accidentes, calles encharcadas cuando llueve, aceras levantadas, las fuentes sin funcionar, solares que son auténticos vertederos, por no volver a hablar del abandono del parque de la Quebradilla o del pésimo estado de la Plaza General Vives, chapuza que ha costado “una millonada” y que avergüenza a quienes sí queremos a nuestro pueblo, Azuqueca. ¿Qué piensa de todo esto el ciudadano? Siguiendo la teoría de la ventana rota, la lógica nos lleva a pensar que “Aquí no hay nadie que cuide esto”.

Y es, concluyendo, la idea que nos queda al pasear por las calles de la localidad. La responsabilidad del deterioro de Azuqueca tiene nombre y apellido, el de su alcalde señor Blanco y el de su equipo de Gobierno, quienes saldrán desmintiendo el presente escrito, olvidando, como diría Aristóteles, que cuando dices la primera mentira, la siguiente sale con más facilidad. Nuestra verdad está avalada en la imagen de las calles, plazas, solares, bancos, parques, etc. Y ante eso, no hay desmentido que valga.
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