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Vence la demagogia en Grecia

lunes 21 de septiembre de 2015, 10:51h

Según el diccionario de la RAE Demagogia es

1 La Manipulación de los sentimientos de la gente, especialmente mediante halagos fáciles y promesas infundadas, para utilizarla con fines políticos: la demagogia se emplea mucho en los regímenes dictatoriales.

2 En la antigua Grecia, dictadura del partido de la plebe.

Me temo que ambos significados son aplicables hoy a su falsa democracia, en la que Syriza y Tsipras, han vuelto a ganar las elecciones con un 35% de los votos y 145 escaños, y aunque ha perdido 4 diputados respecto al Parlamento saliente, el acuerdo con los Griegos independientes 10 escaños le permite tener mayoría absoluta con 155, le permite dejar fuera a los rebeldes de Syriza que no aceptaban las condiciones de la Unión Europea. Habida cuenta que se trata de un partido de Izquierda Radical, no cabe otra explicación que al electorado excluida la enorme abstención del 46.4%, le parece bien recibir el chorro de millones de la UE, sin tener en cuenta para nada, que esto significa una pesadísima deuda para las actuales y futuras generaciones.

La base de la crisis griega es una deuda de aproximadamente 320.000 millones de euros (unos US$358.000 millones), que el país simplemente no está en condiciones de pagar. La explicación más simple para la misma es que durante muchos años el país estuvo gastando más dinero del que producía y financiando ese gasto a través de préstamos. El déficit del sector público y los niveles de endeudamiento de Grecia están muy por encima de los límites acordados por los países miembros de la zona euro.

Grecia ya hacía eso antes de adoptar el euro. Y la llegada de la moneda común en 2001 no cambió las cosas, como en teoría debía suceder. El gasto público, por ejemplo, aumentó un 50% entre 1999 y 2007, mucho más que en otros países de la eurozona.

Y sumado a problemas de corrupción y evasión fiscal, reconocidos por la propia Grecia, esto terminó provocando un déficit muy superior al 3% del PIB contemplado en las reglas de moneda común. Préstamos no declarados a la eurozona, por su parte, también llevaron a que la deuda excediera significativamente el 60% acordado como límite por los países de la eurozona: actualmente se estima en 177% del PIB.

El problema, sin embargo, solo se volvió urgente cuando la crisis financiera global limitó el acceso griego al crédito, lo que motivó la intervención de los otros países de la eurozona temerosos del impacto de una cesación de pagos o default. El primer paquete de ayuda financiera a Grecia fue aprobado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional en mayo de 2010.En ese momento se pusieron a disposición del gobierno griego 110.000 millones de euros (unos US$120.000 millones) para que honrara sus compromisos con sus acreedores, en ese momento en su mayoría bancos privados de la región. Los préstamos ofrecidos a Grecia están vinculados a medidas de austeridad bastante impopulares entre los helenos.

Pronto, sin embargo, se hizo evidente que ese monto no sería suficiente, por lo que un segundo rescate elevó la cifra total a 240.000 millones de euros. Y, en ambos casos, como condición para facilitar el dinero se identificaron una serie de medidas de austeridad. Estas han incluido drásticos recortes del gasto público, mayores impuestos y reformas al sistema de pensiones y el mercado laboral. Pero el actual gobierno griego, que llegó al poder a inicios de año con una plataforma anti-austeridad, estuvo intentado renegociar algunas de esas condiciones de cara a un nuevo paquete de rescate financiero. En su momento esto puso en crisis las negociaciones, las que llegaron a interrumpirse momentáneamente.

Pero en este momento Grecia estuvo dispuesta a aceptar la mayor parte de las condiciones de sus acreedores a cambio de unos 53.500 millones de euros adicionales y una reestructuración de su deuda original. Finalmente y después de producirse impagados al FMI, y un referendum en el que el 61% no aceptaba los recortes y las condiciones de, BCE, UE Y FMI, Tsipras se vio obligado a aceptar lo que provoco dimisión del ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varufakis, la convocatoria de nuevas elecciones que nadir esperaba que Tsipras volviera a ganar, pues parece que su especialidad es el toreo de salón y por el contrario el resultado le ha sido favorable.

El ex primer ministro griego Alexis Tsipras “Dimos una batalla difícil y estoy muy contento porque el pueblo nos dio un mandato claro” ha dicho debería decir la plebe nos ha votado ¡viva la demagogia!. Eso si con Pablo Iglesias presente para recoger parte del negocio. Los conservadores de Nueva Democracia, dirigidos por Vanguelis Meimarakis, obtuvieron un 28,26% y 75 escaños. En tercer lugar se consolidaron los neonazis de Amanecer Dorado, con un 7,0% de los votos y 19 escaños. Le siguen los socialdemócratas de Pasok, con el 6,38%, los comunistas de KKE, con un 5,48%, y el centrista To Potami, con un 4,02%. Los nacionalistas Griegos Independientes, que repetirán como socios de la coalición de Gobierno con Syriza, obtuvieron el 3,65% y la Unión de Centristas, una formación fundada hace más de dos décadas pero que nunca logró un escaño, el 3,37%. Fuera del hemiciclo se ha quedado, en cambio, la recién creada Unidad Popular, partido escindido de Syriza y liderado por el exministro Panayotis Lafazanis, con un 2,85 % que ha fracasado rotundamente y eso que El exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis anunció que le apoyaba, de cara a las elecciones anticipadas que Grecia ha celebrado el domingo...

Un jubiloso Tsipras prometió seguir en la lucha por el orgullo de su país y rápidamente formar un gobierno de coalición después de que su partido de izquierda Syriza cómodamente ganara el domingo las terceras elecciones griegas en lo que va del año.

Es la tercera ocasión que los griegos votan este año, después de la elección de enero que colocó a Tsipras en el poder con una plataforma anti-rescate y el referendo de julio que organizó exhortando a los griegos a rechazar las propuestas de reforma de acreedores, que contundentemente hicieron, poco antes de que Tsipras aceptara propuestas similares como parte del nuevo rescate financiero.

A seis escaños de una mayoría absoluta, Tsipras dijo que formaría un gobierno con su previo socio de coalición, el partido de derecha Griegos Independientes de Panos Kammenos, quien se unió a él en el escenario ante el festejo de los partidarios de Syriza en Atenas. El Griegos Independientes esta en séptimo lugar con 3,6% del voto y 10 asientos parlamentarios.

Sin embargo la situación económica es terrible con el dinero a punto de acabarse, Grecia terminó presentando a sus acreedores un nuevo plan de rescate que contemplaba la mayoría de las demandas rechazadas por la población entre las que figuran una fuerte subida de impuestos y recortes de pensiones. De hecho, se estima que la economía griega se ha reducido en un 25% desde el inicio de los programas de austeridad, lo que ha acentuado su dependencia en créditos externos, el impacto de las medidas sobre el pueblo griego ha sido brutal: su tasa de desempleo del 26% es la más alta de toda la Unión Europea y entre los jóvenes ya supera el 60%.Ya son millones los ciudadanos griegos que están viviendo bajo la línea de pobreza. Con demagogia esto no se puede arreglar, pues habrá que apretarse el cinturón y ponerse a trabajar bien y más barato y el pueblo griego acostumbrado a vivir del chollo socialdemócrata, no le aceptará con facilidad las duras medidas que tendrá que tomar. Veo un futuro lleno de huelgas y disturbios. Consecuencias de la demagogia y no de otra cosa.

Bernardo Rabassa

Presidente de clubs y fundaciones liberales. Miembro asociado de Alianza Liberal Europea (ALDE). Premio 1812 (2008). Premio Ciudadano Europeo 2013. Medalla al Mérito Cultural 2015. Psicólogo social. Embajador de Tabarnia. Presidente del partido político constitucionalista Despierta.

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