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Hacer el indio

martes 22 de septiembre de 2015, 11:53h

Estamos al borde de unas elecciones de infarto -me refiero a las autonómico-plebiscitarias catalanas, que luego vendrán las otras- y el tono de los últimos días de campaña no es que baje; es que se ha puesto al nivel de ciertos mensajes virales, bastante graciosos por lo demás, que gentes desocupadas, pero con chispa y mucha sal gorda, diseminan por las redes ridiculizando todo cuanto se refiere a este proceso catalán. Y ahí está Artur Mas haciendo el indio, replicado de forma increíblemente zafia por ‘coleta morada’ Pablo Iglesias: dieron la medida más ínfima del contenido de la campaña electoral más surrealista que recuerdo haber vivido.

Aquí nadie habla de cómo construir el futuro, nadie tiende la mano para el diálogo que inevitablemente habrá de iniciarse a partir del próximo lunes, sean cuales fueren los resultados de las urnas catalanas -aunque hay que reconocer que el socialista Pedro Sánchez abrió un portillo a la esperanza, asegurando que apoyará al presidente del Gobierno en la ‘defensa de la legalidad’ en Cataluña-.

Es descorazonador. En lugar de propuestas que pudieran resultar ilusionantes, amenazas. En vez de reflexiones profundas de los problemas y sus posibles soluciones, que las hay, nos dedicamos a competir en ‘ingenio’ -llamémoslo, por compasión, así- por emular a los pieles rojas de las películas de John Wayne. Y ni Gary Cooper Rajoy, que va de serio de la película, ni Clint Eastwood Sánchez, que es el buen tirador, ni James Dean Rivera, que es el chico rebelde pero bueno que acaba casándose con la chica, ni Toro Sentado Iglesias son capaces de elevar lo suficiente el tono de los diálogos, de manera que se facilite el vuelco que, en solo tres días, habría de dar la película, digo la campaña, para atraer a los espectadores que se van a quedar en sus casas o que salen mañana de puente de la Mercé, alejándose de las salas de proyección, que es donde se encuentran las urnas. Y el remedio a tanto dislate propiciado por el ‘malo’ de la película, que se cree el bueno y no sabe que es también el feo.

Hay que encontrar un buen guion en tiempo récord. Falla, desde ambos lados, la trama, es un desastre el diálogo, los actores son claramente mejorables, falta un director, los críticos son implacables y todo augura que este filme no va a ser premiado precisamente en los Goya. Esta película va a ser abucheada en el estreno, porque es claramente de los peores ‘westerns’ de la serie B, aunque todos la esperan como el acontecimiento cinematográfico de la temporada. Y es que hay mucho indio de cartón piedra en el reparto haciendo eso: el indio.

-Lea el blog de Fernando Jáuregui: 'Cenáculos y mentideros'

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