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Margallo: 'El que manda es Oriol' (Junqueras, por supuesto)

Margallo: "El que manda es Oriol" (Junqueras, por supuesto)

> El ministro y el líder de ERC protagonizan un debate de alto nivel sobre la independencia y sus consecuencias

miércoles 23 de septiembre de 2015, 23:25h

Un debate de nivel. La expectación que había generado el debate entre José Manuel García Margallo y Oriol Junqueras cumplió con creces. Ambos se conocen del parlamento europeo y ambos se profesan cierta admiración intelectual. Y en 8TV se citaron para debatir sobre la permanencia o no de Cataluña en Europa en el caso de que, finalmente, los catalanes voten la secesión. Después de 45 minuto, Margallo reconoció que quien manda en realidad en Junts pel Sí es Oriol Junqueras despreciando, de esta manera, la figura de Artur Mas. “El que manda es Oriol”, afirmó el ministro de Asuntos Exteriores.

El principal punto de debate fue la posibilidad de permanencia de Cataluña en la Unión Europea. Mientras que Junqueras defiende que “evidentemente sí”, para Margallo los tratados son claros. “Europa no expulsa a nadie. Sería Cataluña la que se autoexcluiría”. El ministro también esgrimió que una Cataluña independiente tampoco tendría el reconocimiento internacional de Naciones Unidas, paso previo a la reintegración europea.

Asimismo, ambos estuvieron largo rato debatiendo sobre la pérdida o no de la ciudadanía europea, un asunto sobre el que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no se mostró documentado en una entrevista en Onda Cero. Mientras que Junqueras estima que la Constitución Española, el Código Civil y la Declaración de Derechos Humanos garantiza que ningún español perderá su nacionalidad, Margallo explicó que con la independencia se renuncia a la nacionalidad. Incluso el ministro tiró de ironía cuando afirmó: “Ustedes quieren ser independientes manteniendo la ciudadanía y conservando todo lo bueno de España”. Junqueras, por su parte, replicó que los catalanes mantendrán la ciudadanía española si así lo quieren y no renuncian a ello, “tal y como establece el derecho internacional”.

Margallo combinó verbos que podrían considerarse ofensivos, como dinamitar, con frases propositivas: “Lo que me gustaría es catalanizar España”, dijo en un momento, para, en otra ocasión, afirmar que “estando en España, a Cataluña le ha ido muy bien y queda lo mejor”.

No obstante, Margallo dibujó también una Cataluña absolutamente empobrecida en el caso de que se separara de España. En cambio, para Junqueras los datos esgrimidos no son más que una verificación de la necesidad de salir de España.

Ambos llevaban preparados los argumentos y las citas de numerosos tratados, convenios y legislación para defender sus puntos de vista. Mientras que Margallo dedicó un buen espacio a explicar las “consecuencias de la secesión” y explicó que los grandes países del mundo (China, Rusia, Estados Unidos o Francia) “nunca” reconocerán una Cataluña independiente, Junqueras se agarra siempre en que Cataluña “ya es miembro de un Estado europeo”, por lo que no puede dejar de serlo, ignorando que el tratado de la unión dice claramente que un nuevo estado debe pedir la incorporación a la UE.

Para Margallo, la secesión llevaría a “la salida automática de la UE, a la implantación de aranceles aduaneros, a la caída de la inversión directa, a la pérdida de miles de puestos de trabajo, al fallo en el sistema de pensiones, a la disminución de la recaudación tributaria, al aumento del paro -un 37% ha dicho el ministro-, al corralito financiero y a la fuga de depósitos”.

Un escenario de "apocalipsis poco creíble", le replicó Junqueras: “Los estados medios tienen una renta superior a la media que los grandes países y estamos en el siglo XXI, sin aranceles, por lo que el Gobierno español será el más interesado en qué Cataluña permanezca en la Unió Europea” y puso encima de la mesa las recientes inversiones de Volkswagen en Seat o en el puerto de Barcelona de dos grandes multinacionales como Maerks y Hutchinson. Y añadió: “La economía catalana es abierta por lo que tendría acceso al crédito del Banco Central Europeo”.

Para Margallo, a Cataluña le ha ido bien estando en España y las inversiones de grandes las corporaciones industriales son fruto del trabajo del Gobierno español. “¡Queda lo mejor por hacer!”, ha esgrimido Margallo al final del debate, cuando ha dejado caer que su amigo Oriol “es el que manda”.

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