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¿Cuánto valen los votos en Cataluña? Tarragona, Lleida y Girona pueden decidir
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(Foto: EP)

¿Cuánto valen los votos en Cataluña? Tarragona, Lleida y Girona pueden decidir

> Tarragona, Lleida y Girona pueden decidir el ganador de la batalla de Barcelona

domingo 27 de septiembre de 2015, 10:26h

No todos los votos valen igual en territorio español. Para garantizar la proporcionalidad de los territorios en función de la población. Les explicamos como valen los votos en Cataluña y comom las tres provincias menos pobladas pueden decidir.

La desigual distribución de los 5,5 millones de catalanes convocados este domingo a las urnas con más trascendencia desde la creación del Estado de las Autonomías será una de las claves de la victoria o la derrota de las tesis independentistas. Debido a su menor población, Tarragona, Lleida y Girona suman entre las tres sólo 50 escaños de los 135 en juego y además son más fáciles de conseguir que los 85 de Barcelona Pero son también un reducto histórico del nacionalismo, sea por la vía de ERC o por la Convergència, un reservoreo de votos que por lo visto hereda Junts pel Si

Los soberanistas, según todas las encuestas, tendrían garantizados de esta forma casi 30 diputados, es decir, prácticamente la mitad de los 65 que como mínimo se les atribuyen en total. En el bloque constitucionalista, de momento se dan con un canto en los dientes con el par de asientos del Parlament que podría obtener cada partido en estas tres provincias, con cierta ventaja para C’s y PSC… pero en un escenario de incertidumbre máxima y una participación que se prevé histórica todo puede ocurrir y un solo escaño puede cambiar la Historia de este país. A pie de urna, en la llamada Cataluña rural se traduce en algo más de 10.000 votos.

En Barcelona hace falta casi el doble de papeletas, otra forma de compensar a sus tres ‘hermanas’ pequeñas. Ella sola acapara 85 de los 135 escaños del Parlament frente a los 17 de Girona, 15 de Lleida (con apenas medio millón de habitantes) y 18 de Tarragona. Un desequilibrio que incluso debería ser mayor porque sólo el área metropolitana de la capital en un radio de 25 kilómetros alberga prácticamente la mitad de los 7,5 millones de catalanes y en total supera los 5,5 millones.

En términos del censo electoral, Barcelona registra cerca de 4 millones de personas con derecho a voto, mientras que en Girona y Tarragona son alrededor de medio millón en cada una y en Lleida no llega a 300.000. Unas diferencias apabullantes. Desde el extranjero y el resto de España podrán acudir a las urnas 196.000 personas de los que más de 100.000 han solicitado la documentación para votar por correo, una cifra jamás registrada en las anteriores elecciones autonómicas y un buen indicador de la alta participación prevista.

Si la distribución de escaños se ajustara a la población real, Barcelona debería contar con 104 escaños y las otras tres los 31 restantes, 20 menos que ahora, de ahí la compensación tanto en el número como en el listón del 3% y otras modificaciones de la Ley d’Hont.

Obviamente, todos los partidos tienen su propia propuesta para reformar un sistema electoral que, en teoría, no gusta a nadie salvo a Convergència, la gran beneficiada de un reparto que prima a las zonas poco pobladas, en las que tiene gran implantación. Su inmovilismo ante cualquier cambio cuenta por ahora con el apoyo de ERC y CUP por razones de estrategia.

El gran perjudicado, una denuncia perenne en cada cita electoral, es el PSC, cuyo voto es mayoritariamente urbano y por tanto necesita muchas más papeletas que Junts pel sí por cada uno de sus escaños. Su propuesta consiste en esencia igualar las condiciones entre las cuatro provincias.

El PP también tiene su propio proyecto, más complicado, en el que un centenar de diputados se elegiría como hasta ahora y el resto por distritos. Iniciativa, hoy coaligada en Cat si que es Pot, apuesta por su parte por las veguerías, la distribución territorial de Cataluña a la antigua usanza mientras que Ciudadanos no se ha pronunciado salvo para constatar que no le gusta el sistema actual.

A la hora de la verdad, en lo único que coincidirían todos los partidos excepto los del bloque independentista es en la circunscripción única, pero carecen de mayoría suficiente y las elecciones han frustrado cualquier intento de llegar a un consenso.

En todo caso, es difícil aventurar el veredicto de las urnas del 27S dado el sustancial cambio en el panorama político catalán. Como en casi toda España faltan puntos de referencia con la situación de hace cuatro años. A los nuevos actores como la versión autóctona de Podemos y las plataformas ciudadanas y el auge y caída de partidos como C’s, PSC y PP, se une la alianza de Convergència y ERC, dos fuerzas políticas muy diferentes ideológicamente. La pesadilla de cualquier analista.

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