No hay que elegir entre dialogo y tribunales de justicia

Tras los resultados de las elecciones en Cataluña varias cosas han quedado claras. Por ejemplo, los que hace solo una semana pensaban que iban a arrasar se han visto confrontados por la otra mitad (algo más de la mitad) que les han dicho suavemente ¡basta! Por supuesto que a los que han labrado la división de Cataluña esa ruptura social les importa un bledo. Eso lo sabíamos hace tiempo: no tienen la razón moral y ayer se ha demostrado que tampoco la política.

Sin embargo, la mayoría de los observadores y líderes políticos siguen obsesionados con lo que harán o dejaran de hacer Mas y sus acólitos. Eso ha cambiado desde ayer. Ahora sabemos que quienes se sienten catalanes y españoles han sido capaces de salir a la palestra para decir que debe contarse con ellos. ¿Qué van a hacer el PP, el PSOE, Ciudadanos, Podemos, con esa mitad de la sociedad catalana que no quiere la secesión?

Muchos medios políticos y periodísticos, después de hacer análisis sesudos, concluyen que ha llegado la hora del dialogo impostergable. Por ejemplo, el editorial del diario El País de este lunes, sostiene que Rajoy debe negociar y “no seguir dejando la iniciativa a los tribunales de justicia”. Con todo respeto, eso es de una ceguera infinita. Significa seguir pensando que continúa habiendo sólo un interlocutor en Cataluña: los independentistas. Y que la otra mitad (de gente que vive en Cataluña) hay que registrarla a beneficio de inventario. Insisto: ¿Qué política debe hacerse con esa otra mitad?

¿De verdad piensan que lo que quiere esa otra mitad es que el Gobierno de España siga buscando un dialogo infinito con la Generalitat de Mas, mientras este prestidigitador sigue avanzando en su hoja de ruta hacia la secesión? ¿Creen ustedes que eso es lo que realmente quieren? Pues yo no estaría tan seguro.

Tal vez lo que quiere la otra mitad es que el resto de España se mantenga firme en sus trece de que no permitirá la secesión de Cataluña. Y si toda esa mitad ha tenido coraje suficiente para dar finalmente un paso al frente, puede que esperen que el resto de España no caiga en un ablandamiento que les deje al pairo.

En suma, ya está claro que no hay solo un referente en Cataluña sino dos, de semejante dimensión. ¿Vamos a seguir haciendo política sólo en relación con uno de ellos?

Por el contrario, creo que esta situación exige una doble política: capacidad de diálogo y sólida entereza. O dicho en otros términos, no estamos obligados a tener que elegir entre dialogo y uso del sistema de justicia. Es necesario capacidad de diálogo – más de la que hasta ahora ha mostrado Rajoy- para negociar todo lo que sea necesario para que el encaje de Cataluña en España sea lo más satisfactorio posible (reforma constitucional incluida), pero hay que dejar claro que todo paso que dé Mas hacia la secesión es ilegal y que, por consiguiente, debe caer sobre él todo el peso de la justicia. Sin titubeos. Desde mañana mismo. Dialogo todo el necesario, pero toda acción de ruptura con la Constitución debe llevarse a los tribunales. La otra mitad (algo más de la mitad) debe saber que el resto de España no va a aflojar en su decisión de impedir la secesión de Cataluña. Y es más que probable que eso aumente su coraje, ese que han mostrado claramente este pasado domingo.