Los productos alertados, que se corresponden con diversas marcas, presentan riesgo por presencia de determinados metales pesados -como, por ejemplo, plomo, cadmio o arsénico-, en concentraciones superiores a las permitidas por la normativa; así como también, en algún caso, se ha constatado presencia de mohos o levaduras.
En consecuencia, la inspección de Consumo está procediendo a la localización y retirada del mercado de los productos alertados, impidiendo por tanto su comercialización. Además, la Consejería de Educación, Cultura y Deportes colabora en la retirada de aquellas unidades que puedan existir en los centros educativos de la región.
No obstante y, con independencia de las medidas adoptadas, se debe tener en cuenta que el riesgo de que aparezcan síntomas de toxicidad sólo es significativo si se ingieren cantidades muy superiores a las establecidas como seguras en este tipo de productos y, por supuesto, a las de utilización habitual.
Finalmente, la Dirección General de Salud Pública y Consumo insta a los consumidores a proceder a la devolución al proveedor de todos los productos alertados que puedan tener a su disposición en el ámbito doméstico o en cualquier otro.
Para ampliar información o realizar alguna consulta al respecto, Sanidad indica a los usuarios que no duden en acudir a las Direcciones Provinciales de Sanidad, o en su caso, a la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) de su localidad.