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Toda la verdad sobre la ruptura con Benítez: el vestuario no le aguanta y la afición no le quiere
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(Foto: EP)

Toda la verdad sobre la ruptura con Benítez: el vestuario no le aguanta y la afición no le quiere

> Una corriente del madridismo presiona para que Zidane asuma ya el relevo

lunes 23 de noviembre de 2015, 18:39h
Ataques por todos los lados. Rafa Benítez tiene todo en contra para continuar, ya sea a corto o largo plazo, como entrenador del Real Madrid. El 0-4 del Barça el pasado sábado le ha hecho demasiado daño y ha hecho que slagan a la luz todas las verdades sobre su gestión del vestuario blanco, que al parecer hace agua por todas partes.

Benítez está sentenciado. Es la frase que todos los aficionados y seguidores del fútbol llevan pronunciando o pensando desde que el Barça matara de orgullo a los merengues en el Bernabéu con un abrumador y humillante 0-4. El repaso futbolístico hizo tanto o más daño que el 2-6 de hace algunos años, pero además es que llueve sobre mojado. El técnico madrileño es el de perfil más bajo desde hace varios años, seguramente desde los tiempos de Pellegrini, Queiroz o Luxemburgo, con permiso de los anecdóticos Juande Ramos o Juan Ramón López Caro, no se había visto algo así. Y al final no han tardado en echársele encima toda la prensa para recordar a Florentino Pérez que no tenía sentido tal fichaje.

Sin duda lo peor de todo no es su falta de carisma, de imagen mediática o de encanto personal. Lo peor es que en un banquillo plagado de cracks, llegó un entrenador sencillo sin pasado como crack futbolístico, sino que Benítez siempre fue un jugador mediocre que llegó lejos como entrenador de fútbol, pero siempre sin llegar a un grande, por mucho que entrenara a equipos como Chelsea o Inter, donde fue recogiendo banquillos que quemaban. Su gran proeza fue conseguir títulos con el Valencia y el Liverpool, pero después no ha encontrado seguimiento en equipos de envergadura, y acabó entrenando a un Nápoles que abandonó por la puerta de atrás, sin pena ni gloria.

Por eso no fueron pocos los que no comprendían cómo Florentino apostara por un perfil así. En el vestuario, los jugadores se mofan de él llamándole 'el 10', en alusión irónica a su falta de grandeza en el pasado como jugador. "No le aguantan ni los que no juegan ni los que juegan", asegura el diario 'Marca' citando fuentes del vestuario blanco. El club ya tenía informes negativos internos antes de la debacle ante el Barça, y eran poco alentadores: los jugadores pasan de él y sus compañeros del staff técnico, ni comen con él ni mucho menos hablan con él. No hay conexión alguna entre vestuario y su equipo, y algunos jugadores no disimulan su desencanto: Isco, Chéryshev, Jesé, Pepe, Arbeloa, Carvajal... no cuentan para él, y los que son intocables, como Kroos, Bale, Benzema o Ronaldo, no brillan para nada con este planteamiento técnico tan estrictamente táctico.

Se comenta que el crack portugués ha llegado a poner un ultimátum al club: o él o yo, en referencia al pulso secreto que mantendrían jugador y entrenador por su posición en el campo, así como otras obligaciones tácticas, que han hecho pasar al luso de ser un cañón de meter goles a pasar desapercibido sin pena ni gloria por los campos. Lo mismo podría decir Bale, quien pese a la lesión, no ha hecho nada positivo cuando juega. Isco también habría puesto su límite, y Jesé no se cortó a la hora de cuestionar su suplencia. Y qué decir de Ramos, que como capitán tras la salida de Casillas no tuvo problema en mantener un debate público contra Benítez por las responsabilidades en los malos resultados.

Puntos clave

La prensa especializada cree que hay una serie de puntos fundamentales en esta ruptura total entre Benítez y el conjunto de afición, directiva y vestuario. Lo primero ya lo hemos analizado: no hay conexión con los jugadores. Pero hay más: sus métodos excesivamente fríos y tácticos han enfadado a muchos jugadores que necesitan más libertad para dar rienda a su mejor cara sobre el terreno de juego. Luego están las formas: Ancelotti acabó con la era Mourinho, en la que se aireaban públicamente las culpas y las responsabilidades en las derrotas. Pero Benítez, sin llegar a ser como Mou, tampoco es considerado como el italiano. 'Marca' revela otra razón más: la plantilla no puede aguantar al doctor del club, Jesús Olmo, contacto personal de Florentino, y Benítez se posicionó a favor de éste en lugar de a favor de sus pupilos.


Zidane y el relevo

Y en plena marea el que aparece es el francés Zinedine Zidane. Siempre cuando hay un culpable tiene que aparecer la imagen del salvador, en el que se encarnan las ilusiones de mejora, cambio y salvación. Y el actual entrenador del Castilla tiene toda las papeletas para ese rol.

La afición le ama, el club le tiene en altísima estima y los jugadores serían incapaces de no darle una oportunidad. Incluso algunos matarían por ser sus discípulos, como sería el caso de Isco. Zizou, de momento, es esquivo, como es lógico, siguiendo su habitual tono correcto y caballeresco: "Yo soy entrenador del Castilla. Benítez es el entrenador del primer equipo y las cosas están bien así. Yo estoy contento con lo que hemos hecho hoy con el Castilla ante un rival difícil", dijo en rueda de prensa ayer domingo...

1. No ha conectado con el vestuario: Ha tenido sus más y sus menos con varios jugadores, situaciones que han ido restándole aliados semana tras semana. No entró con buen pie y con el paso del tiempo la distancia se ha ido haciendo cada vez mayor.

2. Su método de trabajo no gusta: Obsesionado con el trabajo táctico, no ha conseguido tener 'feeling' con sus jugadores. Su fama de metódico y aplicado en cada ejercicio ya la han comprobado. Si hay algo en lo que creen que está fallando Benítez es en el trato, en esa mano izquierda con la que les conquistó Ancelotti.

3. Sus desconsideraciones a Ancelotti: El italiano dejó huella y no hace ninguna gracia que Benítez no le deje en buen lugar con algunos comentarios. El caso es que Rafa no sólo lo ha hecho en público, también en la intimidad de Valdebebas, donde ha hecho comentarios delante de los jugadores cuestionando el trabajo táctico y cómo se defendía la pasada temporada. A los jugadores no les sienta bien que se juzgue el trabajo realizado la campaña anterior.

4. El apoyo al doctor Olmo: El entrenador se ha puesto de parte del enemigo número uno del vestuario (hubo recientemente una votación de la plantilla para prohibirle entrar a la caseta). Algo que ha terminado de dañar su relación con un grupo que no confía en él.

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