Los candidatos de los cuatro principales partidos celebraron en la mañana del último domingo de campaña sus mayores actos de masas. En Madrid, Albert Rivera llenó la plaza de Vistalegre y Pablo Iglesias, la Caja Mágica. Muy cerca, en Las Rozas, Mariano Rajoy se rodeó de los suyos, incluida Esperanza Aguirre, en un feudo fiel al PP pero pinchó. Y, en Valencia, Pedro Sánchez abarrató el pabellón La Fonteta sin miedo a que Alberto Garzón –con el que coincidió en el AVE- le hiciera sombra desde el polideportivo de El Cabanyal.
El aforo previsto en todos los casos salvo el de Rajoy fue de alrededor de 10.000 personas, entre los 12.000 de la Caja Mágica donde Podemos llevó de estrella invitada nada menos que a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y los 9.000 del pabellón del PSOE, un poco menos finalmente, aunque los socialistas multiplicaron la audiencia retransmitiéndolo en directo en los eventos convocados por el partido en toda España. Esperan haber llegado a 35.000 personas en total, dicen.
El PP, por su parte, prefirió no arriesgar con la plaza de Toros de Las Rozas. Hizo bien porque no ha conseguido llenar sus 4.300 asientos.
Albert Rivera, en cambio, ha hecho toda una demostración de la fuerza de Ciudadanos llenando Vistalegre con la ayuda de militantes de toda España que han atestado 50 autobuses.
Para todos ellos, incluido Rajoy, se trataba del “acto central de campaña” y buscabann la mayor repercusión posible en los medios con una puesta en escena espectacular.
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